El accidente en el que murieron los 157 personas del vuelo 302 de Ethiopian Airlines el pasado 10 de marzo supuso el segundo desastre fatal que ha sufrido el nuevo Boeing 737 MAX 8 en poco más de cuatro meses, después del siniestro de otra aeronave de la aerolínea indonesia Lion Air que provocó el fallecimiento de otras 189 personas el 28 de octubre de 2018.
Tras este último suceso, varias compañías aéreas y hasta países enteros cancelaron los vuelos de ese modelo hasta esclarecer las causas de ambas catástrofes y provocó el peritaje urgente de cualquier vínculo entre ellas, informa el diario estadounidense The Seattle Times.
El fabricante aeronáutico Boeing anunció que actualizará el 'software' de control del vuelo de sus aeronaves modelo 737 MAX antes del mes de abril para "hacerlas aún más seguras". Por su parte, los especialistas han centrado su atención en el sistema MCAS de estabilización.
Se trata de una función de seguridad que se conecta de modo automático si se alteran determinados parámetros en las maniobras de cambio de altitud y rumbo, mientras que las dos aeronaves sufrieron ascensos y descensos erráticos y cambios bruscos en sus velocidades antes de entrar en barrena.
El primer caso
Antes de estrellarse, el avión de Lion Air realizó dos vuelos y sus problemas ya surgieron en el primero: el tablero de instrumentos del comandante y el copiloto mostraron diferentes velocidades, el estabilizador cambió de posición sin que nadie lo manejaba y la aeronave comenzó a descender rápidamente.
Tras varios minutos, los pilotos apagaron el control electrónico del estabilizador —como las instrucciones de todos los modelos de Boeing 737 indican que se haga cuando se dan esas situaciones—, controlaron los flaps manualmente y aterrizaron la aeronave en Yakarta (Indonesia).
Los pilotos apuntaron algunos de los problemas que sufrieron en el libro de registro, pero no se sabe por qué obviaron las incidencias con el estabilizador. Los técnicos realizaron una revisión y permitieron el siguiente vuelo: su tripulación afrontó las mismas dificultades y el avión cayó en picado en el mar.
Cómo funciona el MCAS
Una semana después del desastre, se supo que ambas tripulaciones de Lion Air se enfrentaron con el mal funcionamiento del nuevo sistema MCAS y Boeing no había informado de manera adecuada a los pilotos sobre su uso, según The Wall Street Journal.
La función del MCAS es evitar la entrada en pérdida —la brusca disminución de la fuerza de sustentación— del avión si el piloto automático está desconectado mediante el control de la posición y la velocidad de la aeronave gracias a las indicaciones de dos sensores de ángulos de ataque.
El piloto puede devolver el estabilizador a su lugar, pero después de cinco segundos el MCAS retoma el control tras volver a analizar la lectura de sensores. Al mismo tiempo, el sistema 'confía' en la pérdida incluso si solo la indica uno de esos dispositivos: eso es lo que sucedió en el avión de Lion Air, ya que un sensor falló y el otro funcionó normalmente.