Este sábado 16 de marzo los 'chalecos amarillos' —cuyas protestas comenzaron el pasado 17 de noviembre— han salido a las calles de Francia por decimoctava vez. En esta ocasión los manifestantes protestan contra las políticas económicas del presidente Emmanuel Macron.
Varios episodios de violencia se produjeron en la avenida de los Campos Elíseos, donde la Policía antidisturbios usó cañones de agua y gases lacrimógenos para dispersar a la multitud. Algunos de los manifestantes lanzaron petardos que provocaron que esta emblemática zona de la ciudad se cubriera de humo.
La ola de disturbios ha estado acompañada de saqueos a tiendas y destrozos. Mientras tanto, algunos manifestantes han golpeado varias camionetas de la Policía y se enfrentan a la fuerza pública con piedras, bombas de humo y otros objetos contundentes. Al menos un vehículo fue incendiado, recoge AP.
Según la prefectura policial de la capital francesa, ya han sido arrestadas al menos 64 personas que al parecer portaban objetos potencialmente peligrosos. Las detenciones tuvieron lugar en la salida de varias estaciones de metro mientras los individuos se dirigían a los diferentes focos de las protestas, recoge la cadena BFMTV.
En medio de los enfrentamientos, se prendió fuego a un edificio y tuvo que ser evacuado. Las llamas se extendieron desde las instalaciones de un banco ubicado en el primer piso, y al menos 11 personas sufrieron heridas leves. El ministro del Interior de Francia, Christophe Castaner, condenó el hecho y aseguró que los responsables del incendio "no son ni manifestantes ni matones: son asesinos".
Las movilizaciones de los 'chalecos amarillos' originalmente estaban motivadas por el aumento planificado del impuesto sobre el combustible. Sin embargo, pese a que el Gobierno de Emmanuel Macron anuló ese incremento, las manifestaciones y exigencias de cambios han ido en aumento.