El Gobierno de Nicolás Maduro y las Fuerzas Armadas de Venezuela elaboran un plan conjunto para proteger y defender los servicios estratégicos del país. Esta medida se toma tras el apagón masivo generado, según Caracas, desde EE.UU..
Mientras tanto, los militares que desertaron y juraron lealtad al dirigente opositor, Juan Guaidó, denuncian que se sienten abandonados y que ahora los obligan a desalojar los centros de acogida en Colombia.
Desde Bogotá afirman que casi mil efectivos militares de las fuerzas bolivarianas han cruzado la frontera pidiendo asilo, mientras que Caracas asegura que ese número es mucho menor. Sea cual sea la verdadera cifra, los desertores venezolanos han confesado recientemente sentirse "a la deriva" y enviaron un mensaje al que consideran su "presidente" para pedirle ayuda.
"Hoy recibimos la noticia de unos representantes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados", quien "nos dijeron que teníamos de tres a cuatro días para ir buscando dónde irnos", ha expresado uno de los militares desertores ante un periodista de la emisora WRadio. Y añadió: "lo que queremos es una pronta solución a nuestros problemas", ya que "no tenemos comunicación con nuestro presidente Juan Guaidó" y "queremos que él conozca esta situación".
A su vez, la Cancillería colombiana emitió un comunicado destacando que los desertores "han hecho entrega de su armamento y uniformes", tras lo cual recibieron alojamiento. Y resaltó, además, que "buscan soluciones de mediano plazo" a la problemática.
Desde el Ejecutivo de Venezuela los tachan de "traidores" y preguntan qué pasó con el dinero que, aseguran, les habría ofrecido el senador estadounidense Marco Rubio para montar "su show".
En todo caso, algunos analistas consideran que el riesgo es que ahora la oposición venezolana pretenda utilizar a estos efectivos para promover una escalada del conflicto.
"Sería justamente eso: construir un escenario para que esos 200 y otros actores físicos de la frontera puedan generar una especie de Estado Islámico" con el cual "pudiesen trabajar la separación, la disgregación geográfica de uno de los estados con mayor fuerza de los sectores de oposición, en este caso del estado Táchira", expresó el analista e investigador Juan Carlos Tanus.
Mientras tanto, en Venezuela, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana sigue haciendo ejercicios militares para, dicen, estar listos ante cualquier escenario de agresión. De modo que hasta ahora, los intentos de Guaidó de dividir o lograr una fractura en el seno de esta institución, al parecer han sido infructuosos.