En medio de la atención mundial que recibe el jefe del Parlamento de Venezuela, Juan Guaidó, quien se autoproclamó como "presidente encargado" del país suramericano, surgen voces que cuestionan al diputado desde las propias filas de la oposición.
Uno de ellos es el dirigente de la Concertación para el Cambio —una coalición de partidos opositores—, Enrique Ochoa Antich, quien explica que los factores que adversan al chavismo en Venezuela no se concentran exclusivamente en la figura de Guaidó.
En entrevista a RT, Antich desgrana qué papel juega Guaidó en las filas opositoras, y adelanta cómo la "oposición democrática" pretende devolver al resto de sus correligionarios al "carril electoral".
RT: ¿Usted apoya la ruta propuesta por el diputado Juan Guaidó contra el Gobierno de Maduro?
E.O.A.: No. El gobierno de Maduro 'merece salir ayer', pero el 'cómo se sale' de Maduro a mí me importa. El cese de la usurpación a juro [forzado], sin diálogo, implica una salida de fuerza. Y ahí yo no tengo una posición neutral, soy de la oposición y me interesa que Maduro no sea presidente, pero quiero que se resuelva por la vía democrática y pacífica.
RT: El diálogo es rechazado por Guaidó por considerar que beneficia al Gobierno. ¿Usted cómo lo ve?
E.O.A.: Es una vergüenza para nosotros como venezolanos que seamos incapaces de sentarnos a resolver los problemas por más diferencias que tengamos. Paradójicamente, se requiere más valentía para conversar "con el enemigo" que para insultarlo. Insultarlo es fácil: escribes un tuit y listo. Pero sentarse a debatir las diferencias, y buscar, con todo el riesgo del mundo, un acuerdo por el bien del país, eso requiere más valentía y coraje.
RT: ¿Usted recibe financiamiento del Gobierno, como señalan partidarios de la oposición en las redes?
E.O.A.: Precisamente, una señora en el supermercado me señaló de eso. Te contesto como le dije a la señora: 'Vivo en un apartamento de 86 metros, mi hija tiene cuatro años viviendo fuera de Venezuela y no he podido visitarla'. ¡Por favor! ¿Qué tipo de financiamiento en ese? La polarización tiene el problema de que convierte a los que están en el centro en un elemento de desconfianza. Casi por definición, la polarización es embrutecedora porque establece que quienes están en cada extremo tienen la razón, y pareciera que los demás no cuentan.
RT: ¿Por qué cree que ese sector que representa Guaidó plantea una salida a la fuerza?
E.O.A.: Porque aparentemente tiene una mayoría, pero no tiene el poder ni fuerza de fuego. Maduro sigue teniendo el control de la Fuerza Armada, de las fuerzas policiales, del presupuesto y de la mayoría de las instituciones. Ese sector, como no tiene nada de eso, siente la tentación de buscar la fuerza afuera y eso es peor: significa la búsqueda de una intervención militar.
RT: ¿Apoya usted la intervención militar en Venezuela?
E.O.A.: Yo la rechazo (...) el responsable principal de este abismo en que estamos es Maduro, pero tengo que rechazar la opción de sacarlo por la vía de una intervención militar, no solo por lo que eso puede representar en términos de vidas humanas y de destrucción del país, sino por la indignidad que significa para los venezolanos que nosotros no hayamos podido resolver nuestros propios problemas políticos.
RT: ¿Qué opina de la 'Operación Libertad' planteada por Guaidó?
E.O.A.: Eso es aceptable si la convocatoria pretende organizar a la población en protestas de forma pacífica. Donde no comparto es eso de haber hablado [Guaidó] de grupos dentro de las fuerzas policiales y militares para enfrentarlos a los colectivos del chavismo. Eso es incitar una guerra civil. Pretender organizar grupos de la oposición dentro de las fuerzas policiales y militares significa propiciar un enfrentamiento.
RT: ¿Cree que llegue a algún lado la propuesta de Guaidó?
E.O.A.: Pasó el 10 de enero, el 23 de enero, el 12 de febrero, el 23 de febrero, pasó el "sí o sí" de la ayuda humanitaria y no hubo resultados. El tiempo sigue pasando, se le creó una ilusión a la población, es lo que llama [el dirigente opositor] Claudio Fermín una "oferta engañosa" y la gente se empieza a dar cuenta.
RT: En un artículo reciente usted asomó que en Venezuela la 'oposición democrática' fue desplazada por el 'extremismo opositor'. ¿A qué se refiere?
E.O.A.: Con los sucedido el 11 de abril de 2002 (golpe de Estado), la oposición se convirtió en golpista, y el golpista, que era (Hugo) Chávez, se convirtió en demócrata. Eso reflejó que dentro de la oposición hay una oposición moderada y un sector extremista. Esta última está representada en los sectores de la clase media-alta, en sectores plutocráticos, como los de María Corina Machado, de mucho dinero, que por lo general quieren asaltar el poder, buscan el atajo, la solución rápida y no quieren que el proceso sea democrático.
RT: ¿En qué sector de la oposición está usted?
E.O.A.: En la oposición democrática. Desde el año 2002 hasta el 2005, cuando en Venezuela hubo paros, golpe de Estado y la abstención de las parlamentarias, el sector del extremismo opositor logró imponer su hegemonía. Pero desde el 2006, le dimos un vuelco a la oposición y se logró entrar por el carril democrático: ganamos el referendo constitucional de 2007, ganamos gobernaciones, alcaldías, en el 2013 casi se le gana a Maduro con [Henrique] Capriles, y en el 2015 se obtuvieron dos tercios de la Asamblea Nacional. Lo lógico era haber seguido esa ruta. Si no se lograba el revocatorio en el 2016, se tenía que participar en las municipales de 2017 y en las presidenciales de 2018.
RT: ¿En este momento, con Guaidó de protagonista, la 'oposición democrática' perdió la batalla con el 'extremismo opositor'?
E.O.A.: Después del 2015 (elecciones parlamentarias), cuando se logró una victoria muy importante porque se demostró que el voto servía y que se podía ganar, los abusos del Gobierno, en la medida en que se empezaron a producir, fortalecieron el discurso del extremismo opositor (...) Por ejemplo: si la oposición ganaba una gobernación, el Gobierno creaba una estructura paralela que llama los "protectores de los estados". Cuando se ganó la Alcaldía Metropolitana en Caracas, le restaron poderes a esa instancia y crearon el Gobierno de Distrito Capital. Y así sucesivamente.
RT: ¿Una victoria del 'extremismo opositor' es haber desalentado el voto?
E.O.A.: Los sectores del extremismo opositor fueron creando la falsa idea de que nos hacían trampa, ese discurso abstencionista empezó a tener mayor audiencia y se reflejó en las presidenciales de 2018, y en las municipales de 2017. Por esa razón, en la actualidad, otra vez la oposición ha sido hegemonizada por los sectores extremistas como ocurrió en el 2002.
RT: Entonces, ¿usted lucha porque la 'oposición democrática' retome el carril electoral?
E.O.A.: Sí, aunque hay sectores de la oposición democrática que en vez de tener una posición permanentemente de ruptura con el extremismo, se hacen los pendejos (tontos), por ejemplo: los partidos Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo o Avanzada Progresista. Ellos han decidido coexistir con el extremismo opositor en la Asamblea Nacional.
RT: ¿Usted está solo en eso de "rescatar" a la oposición?
E.O.A.: No. Las encuestas dicen que la inmensa mayoría de los venezolanos quiere que la solución a la crisis del país sea negociada y a través de un acuerdo. Datincorp, una de las empresas encuestadoras, establece que el 60% de la población quiere una salida mediante el acuerdo. Con nosotros están los partidos Soluciones, dirigido por Claudio Fermín; Cambiemos, coordinado por Timoteo Zambrano; MAS y sectores encabezados por ex ministros de Chávez, y el partido de Redes de Juan Barreto.
RT: ¿A qué atribuye que sus propuestas como sector de la oposición sean invisibles en el mundo?
E.O.A.: El extremismo opositor en este momento tiene la caja de resonancia de la Asamblea Nacional y en el mundo pareciera que es la 'oposición de Venezuela' porque tienen un financiamiento del exterior y respaldo de EE.UU. Además, cuando tú le vendes al mundo una autojuramentación y con eso la promesa de que Maduro saldrá del poder, obtienes atención mundial. El extremismo opositor tiende a ser épico, emocionante, genera una esperanza al principio, y después se convierte en un espejismo, en sal y agua.
¿Qué plantean ustedes para afrontar la crisis en Venezuela?
E.O.A.: Que la gente vote como salida para resolver el problema (...) Si hay una elección, gane quien gane, nos vamos a sentir bien servidos porque salvaremos al país de una confrontación, de una guerra que nadie quiere. Tiene que haber una ruta electoral (...) por supuesto, antes tienen que sentarse a dialogar gobierno y oposición. Estamos convencidos que mientras el juego siga trancado, por un lado con un Gobierno que sigue destruyendo al país, y por otro con el extremismo opositor que no logra la salida de Maduro, ambos sectores están obligados a conversar.
RT: ¿Pero ustedes son partidarios de elecciones parlamentarias o presidenciales?
E.O.A.: El Gobierno plantea parlamentarias anticipadas en términos de desafío: clausurar la actual Asamblea y escoger una nueva con mayoría de diputados a su favor. Eso es profundizar el problema político. El extremismo opositor es peor porque plantea elecciones para sacar a Maduro del poder y exterminar al Gobierno como grupo político. En esos términos, las dos propuestas no vislumbran una solución. En vez de estas opciones conflictivas, nosotros planteamos consultarle al pueblo qué es lo que quiere mediante un referendo consultivo. Que se le pregunte al pueblo si está de acuerdo en que se relegitimen todos los poderes públicos nacionales; si la respuesta es no, la oposición tendrá que aceptarlo y Maduro seguirá en el poder. Si la respuesta es sí, es una camino para unas elecciones generales.
Manuel Palma
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