El ministro de Defensa de Colombia, Guillermo Botero, atribuyó el pasado martes a los grupos guerrilleros 'Los Pelusos', del Ejército Popular de Liberación (EPL), y a disidentes de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) de los ataques con explosivos contra una estación de Policía, y otros destrozos, —ocurridos el mismo día—, en la región de Cauca, al suroeste del país.
Botero responsabilizó a esos grupos irregulares por los disturbios ocasionados y aseguró que "están dedicados a poner bombas". El funcionario detalló que el martes pasado una motocicleta con explosivos fue detonada frente a la estación de Policía de Miranda, en Cauca.
También señaló que se colocaron explosivos en una alcantarilla y, al ser accionados, destruyeron parte de una carretera. No se reportaron heridos ante ambos ataques. Esta situación se suma a varios atentados contra la Fuerza Pública que se perpetraron en la misma localidad, pero en los municipios de Caldono, Caloto, Santa Rosa y Toribío.
Los acontecimientos coincidieron con una protesta indígena que ocurría al mismo tiempo y, desde hace dos semanas, próxima al lugar de los hechos.
Integrantes de las agrupaciones de pueblos originarios recalcaron que su manifestación es pacífica y realizaron un llamado a las autoridades del Gobierno para que no se los relacione con las recientes alteraciones del orden público.
La carretera Panamericana de Cauta continua bloqueada ante las protestas. Los manifestantes reclaman al presidente Iván Duque por la implementación de su 'Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022', al considerarlo "contrario a las cosmovisión de los pueblos indígenas", y por haber sido elaborado sin un acuerdo.