El telescopio Hubble de la NASA ha captado la autodestrucción de un asteroide que a principios de este año comenzó a transformarse en cometa y a desarrollar dos colas de distinta luminosidad en un evento considerado como "raro" por los astrónomos, informa el portal Science Alert.
Este cuerpo celeste, denominado '6478 Gault', fue descubierto en 1988 y desde entonces parecía no tener nada que lo distinguiera del resto de las 800.000 rocas espaciales conocidas por la ciencia.
Pero el pasado mes de enero, el telescopio de la agencia espacial estadounidense detectó una estela brillante que comenzó a brotar de ese cuerpo celeste, extendiéndose por unos 800.000 kilómetros de longitud y acompañada de otra cola de menor luminosidad.
Cuestión de distancia
Si bien existen casos conocidos de rocas espaciales que inicialmente tenían aspecto de asteroides pero después cambiaron a cometas, esto siempre sucedió cuando esos objetos se aproximaban al Sol, dado que la energía solar es capaz de calentar el hielo y otros materiales congelados debajo de la capa de polvo, evaporándolos y provocando que el asteroide proyecte fragmentos del material del que está compuesto.
Sin embargo, el 6478 Gault se encuentra orbitando entre Marte y Júpiter, a una distancia de unos 345 millones de kilómetros del Sol, por lo cual su comportamiento no se ajusta a ese tipo de casos.
Efecto YORP
Los investigadores explican, en parte, el suceso con el efecto YORP, un fenómeno que ocurre cuando la luz solar alcanza a un asteroide de manera dispareja, causando que diversas partes de su superficie absorban más energía que otras. Como consecuencia, la rotación de la roca espacial puede comenzar a acelerar de manera gradual hasta que esta gira a tanta velocidad que comienza a desintegrarse.
Pero aún queda por resolver el porqué del brusco pico de actividad del asteroide registrado en los últimos meses. Para los investigadores, la respuesta podría estar en el impacto de otra roca espacial que habría causado que 6478 Gault comenzara a proyectar polvo espacial como un cometa.
Impacto explosivo
"Incluso una pequeña perturbación, como el impacto de un guijarro, podría haber desencadenado las recientes explosiones", expresó Jan Kleyna, investigador de la Universidad de Hawái (EE.UU.) y autor principal del descubrimiento.
Los científicos señalan que el futuro a largo plazo del asteroide es incierto, ya que este podría finalmente partirse en dos fragmentos o bien sus escombros volver a unirse por efecto de su propia gravedad, dándole al cuerpo celeste una nueva forma.
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