La secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU., Kirstjen Nielsen, ha ordenado ampliar el número de integrantes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (OAPF) desplazados a la divisoria con México hasta los 750 así como aumentar el número de deportaciones al país vecino, según el comunicado de la institución estadounidense emitido la mañana de este lunes.
Ello podría ser "el preludio del cierre de una gran parte de la frontera", ha escrito el periodista Hans Nichols de la cadena MSNBC.
"La oficina de operaciones de campo de la OAPF acelerará la reasignación planificada de hasta 750 oficiales a los sectores de la Patrulla Fronteriza afectados por la emergencia", reza el mensaje de Nielsen dirigido a dicho cuerpo con la finalidad de "combatir la creciente crisis humanitaria y de seguridad en la frontera sur" de EE.UU. Asimismo, se autoriza a este organismo a superar el límite actual de 2.000 efectivos.
"Todas las opciones están sobre la mesa"
Además, el comunicado detalla que el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense "no se quedará de brazos cruzados mientras el Congreso se niega a actuar", subrayando que "todas las opciones están sobre la mesa". En la misma línea asegura que aumentarán el personal de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza para responder a dicha "crisis" que, aseveran, "está empeorando".
Por otro lado Nielsen ordenó a la OAPF que devuelvan a México a cientos de inmigrantes al día haciendo hincapié en que esperen en el país latinoamericano hasta que un tribunal de inmigración haya revisado sus solicitudes.
El pasado domingo el presidente de EE.UU., Donald Trump, amenazó con cerrar esta semana la frontera con México si el país vecino no hacía uso de sus leyes para detener el flujo migratorio. En la misma línea, dos días antes Kevin McAleenan, comisionado de la OAPF, aseveró que la frontera entre ambos países está en un "punto de quiebre" debido a un aumento "sin precedentes" de los migrantes centroamericanos.
El funcionario señaló que el número de migrantes detenidos entre el 24 y 26 de marzo superó los 13.000, una cifra que tachó de inédita. "Un número alto para nosotros es 4.000. El nivel de crisis es 6.000., y 13.000 no tiene precedentes", dijo McAleenan.
En este sentido, McAleenan recordó que la CBP va camino de cerrar marzo con más de 100.000 migrantes retenidos, la cifra más alta registrada desde 2008. Esta situación ha hecho que 750 agentes dejen sus funciones en puertos de entrada para atender la crisis humanitaria en los centros de detención.