El embajador de Rusia en Colombia, Sergei Koshkin, desestimó este martes el revuelo causado en Bogotá por una carta enviada a varios países por el Consejo de la Federación (la Cámara alta del Parlamento ruso), en la que advierten sobre las consecuencias de una intervención militar en Venezuela.
"Este asunto fue creado desde nada", opinó Koshkin, luego de las declaraciones emitidas por el canciller colombiano, Carlos Holmes Trujillo, quien aseguró que en la misiva había "acusaciones" contra Bogotá, que "no corresponden a la realidad y constituyen una distorsión de la posición de Colombia".
Refiriéndose a la carta, Koshkin zanjó: "Señores, aquí no se habla de Colombia". El diplomático explicó que la embajada rusa recibió instrucciones precisas de transmitir la declaración a varios Parlamentos en el mundo, y no exclusivamente al Gobierno colombiano, una facultad que posee el Consejo de la Federación.
"En un país democrático, como Colombia o Rusia, hay separación de poderes: hay Gobierno, hay senado o Congreso. En este caso, se trata de una declaración parlamentaria dirigida a los colegas del mundo. Eso se llama diplomacia interparlamentaria", detalló el representante de Moscú en Bogotá.
Sin embargo, el comunicado de la cancillería colombiana fue más allá. En el texto leído por Holmes Trujillo para responder a Rusia, Bogotá expresa: "La situación de Venezuela constituye un asunto regional y hemisférico que no debe ser empleado como instrumento de ninguna competencia geopolítica".
En ese sentido, Koshkin reiteró que en la misiva "se llama a los países a evitar cualquier injerencia externa en los asuntos internos", advierte que el uso ilegítimo de la fuerza militar, por parte de terceros países "que respaldan a la oposición" venezolana, será interpretado por el Parlamento ruso "como un acto de agresión contra el Estado soberano y una amenaza a la paz y seguridad internacionales", y apuesta por el diálogo como una vía para la resolución pacífica de conflictos.
Aclaración oficial de la Embajada rusa
Asimismo, la Embajada de Rusia en Bogotá emitió un comunicado para despejar todo tipo de dudas en torno a esta polémica diplomática, "debido a la sorpresiva interpretación en Colombia de la declaración del Consejo de la Federación", dice el texto. Además, se reitera que esa declaración estaba dirigida a los Parlamentos nacionales, además de organismos internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
"El diálogo entre Parlamentos es una práctica ampliamente reconocida y aceptada", se lee. Además, señala que ello no requiere la aprobación del Poder Ejecutivo local porque "se realiza en pleno cumplimiento de la separación de poderes".
Para concluir, la Embajada detalla que en la declaración no se menciona específicamente al país presidido por Iván Duque, y recuerda que la postura rusa coincide con la posición de Colombia y el Grupo de Lima, del cual Bogotá forma parte, sobre la no intervención extranjera: "La crisis de Venezuela debe ser conducida por el propio pueblo venezolano, por medios pacíficos, políticos y diplomáticos", finaliza.
Reacción de Caracas
Luego de divulgarse el comunicado del canciller Holmes Trujillo, el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, reaccionó para tildar las declaraciones de Bogotá como "una broma de mal gusto" y asegurar que la amenaza a la paz regional proviene de la industria del narcotráfico en Colombia y la cooperación militar "con el país más guerrerista e intervencionista del mundo", en clara alusión a EE.UU.
"Vaya manera de hilar falsos conceptos y con que poca autoridad moral lo hacen. Afirmar que se han apegado al Derecho Internacional y a la Constitución venezolana debe ser una broma de mal gusto", dijo Arreaza.
¿De dónde salió la polémica?
Este martes, el presidente de Colombia, Iván Duque, respondió la misiva enviada por el Parlamento ruso, aunque admitió que no había leído el contenido: "Colombia no está en la posición de agredir a ningún Estado, pero está en su deber de defender la Carta democrática Interamericana y de denunciar los atropellos de la dictadura en Venezuela".
La carta está fechada a finales de febrero y fue recibida el pasado viernes por el vicepresidente del Congreso, Alejandro Carlos Chacón, quien en entrevista a Blu Radio dijo que "no entendía" por qué se la enviaron de manera "tan informal" a su despacho, aunque minutos después se confirmó que la misma misiva había llegado por correspondencia oficial a la Presidencia del Senado.
En los principales medios colombianos se habló de la "misteriosa carta" de Rusia. Por esa razón, el embajador Koshkin insistió hoy en que el Parlamento ruso tiene pleno derecho de dirigirse directamente a los congresos de otros países: "Yo no sé por qué solo el Gobierno colombiano objetó, tal vez tienen sus propias razones políticas. Por favor, no nos echen la culpa en este sentido, actuamos como debe ser", sostuvo.
De igual forma, Koshkin respaldó la postura de Nariño sobre la negativa del uso de la fuerza con respecto a Venezuela, pero destacó que ambos gobiernos mantienen posiciones políticas distintas que "hay que respetar", con respecto al gobierno del presidente Nicolás Maduro.
"Ustedes (Colombia) apoyan a unas fuerzas políticas dentro de Venezuela (oposición), nosotros entendemos otra cosa: entendemos que Maduro sigue siendo el presidente", enfatizó el diplomático, tras puntualizar que así como hay Gobiernos en el mundo que rechazan al mandatario caribeño, también existe un grupo de más de 50 países, entre los que se encuentran Rusia y China, que consideran legítima su Administración porque fue producto de unas elecciones, a las que parte de la oposición decidió no asistir.
Finalmente, y a título personal, el embajador ruso opinó sobre la ausencia de varios partidos opositores en los comicios de 2018 en Venezuela: "Es más fácil no participar para después declarar ilegítimas las elecciones, en vez de tratar de ganar. Tal vez la decisión (de no medirse en las urnas) fue tomada porque tenían miedo de perder".