Los equipos Ciudad de Viagrande y Play Shop Nebrodi disputaban el pasado fin de semana un partido correspondiente a la tercera división italiana, cuando hombres armados se plantaron en el terreno de juego a bordo de un helicóptero y 'secuestraron' a un futbolista amateur. O al menos, eso fue lo que pareció en un primer momento.
La aeronave aterrizó en el centro del campo, en la ciudad de Catania, Sicilia, obligando a todos los presentes a buscar refugio. A continuación, dos hombres encapuchados y con armas de fuego descendieron del helicóptero y se llevaron a Ignazio Barbagallo, de 55 años, del equipo local.
Poco después se supo que el secuestro había sido organizado por Barbagallo, que jugaba su último partido y quería despedirse del fútbol de una forma tan particular. "La idea nació hace muchos años, cuando tenía 35 años", explica. Sin embargo, en aquella ocasión, durante el aterrizaje, el piloto vio la presencia de la Policía y de los carabineros y, "asustado", lo dejó en el campo, relató Barbagallo en declaraciones a la prensa local.
Debido a esta broma el Ciudad de Viagrande ha sido multado con 200 euros (unos 225 dólares) y no podrá disputar partidos del torneo local hasta el próximo 31 de mayo por haber permitido la "interrupción del encuentro y permitir el aterrizaje de un helicóptero en la cancha comprometiendo la seguridad de los presentes". Barbagallo también fue amonestado con la prohibición de jugar hasta el 30 de junio, aunque para él ese castigo seguramente tendrá ya poca importancia.
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