Los riesgos que más muertes causan en México están asociados con lo que comen los mexicanos. Así, los niveles altos de azúcar en la sangre, la presión arterial elevada y la obesidad son los tres factores que generan mayor mortalidad en el país latinoamericano.
El estudio 'Carga Mundial de la Enfermedad 2017', presentado el pasado 3 de abril y realizado por el Instituto de la Métrica y de Evaluación de la Salud (IHME, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Washington, revela además que en 27 años la obesidad en México pasó del sexto al segundo lugar, como detonante de padecimientos como cardiopatía isquémica, enfermedad renal y diabetes, entre otras.
El análisis midió los efectos en la salud de los riesgos dietéticos en 195 países, entre 1990 y 2017.
Cuestión de costos
En el caso mexicano, hace 27 años la dieta inadecuada se encontraba en séptimo lugar como detonante de enfermedades y ascendió al tercer lugar en 2017.
En 1990, las tres principales causas de muerte eran la desnutrición materna e infantil; glucosa plasmática en ayuno elevada; y agua y saneamiento inseguros y lavado de manos. Para 2017, la glucosa plasmática en ayuno elevada, el índice de masa corporal elevado y los riesgos relacionados con la dieta ocuparon los primeros lugares.
La problemática, refiere el estudio, está relacionada con el costo de los alimentos (pues los menos nutritivos y más tóxicos son más baratos); la poca claridad en el etiquetado nutrimental; el sedentarismo y la falta de impuestos más altos a productos calóricos, entre otros factores.
Alertan sobre dieta
Asimismo, el IHME alerta que la dieta está asociada con el elevado índice de masa corporal y la glucosa alta; en el primer caso, aumentó en 135 %, mientras que la dieta inadecuada se incrementó en 72 %.
En este sentido, destaca el estudio, entre los 14 factores de riesgo asociados con mayor mortalidad, cinco tienen que ver con una dieta inadecuada: bajo consumo de nueces y semillas, vegetales, granos y frutas, y una alta ingesta de bebidas azucaradas.
"Una dieta óptima es un factor importante de riesgo prevenible para enfermedades no transmisibles", recalca el instituto.
La investigación tuvo como objetivo evaluar el consumo de los principales alimentos y nutrientes en 195 países y cuantificar el impacto de su ingesta sub-óptima en la mortalidad y morbilidad por enfermedades no transmisibles.
El estudio concluyó que, en 2017, 11.000.000 de muertes en el mundo y 255.000.000 de causas de discapacidad fueron atribuibles a factores de riesgo dietéticos. En primer lugar debido a la alta ingesta de sodio, el bajo consumo de granos enteros y la deficiente presencia de frutas en la dieta.