El Ejército de Sudán ha asumido el control en este país africano por dos años y ha impuesto el estado de emergencia para los próximos tres meses, según ha afirmado el ministro de Defensa sudanés, Ahmed Awad Ibn Auf.
Ese alto cargo ha asegurado que el presidente de Sudán, Omar Hasán Ahmad al Bashir, ha sido arrestado y el poder estatal se transferirá a un consejo militar. Asimismo, ese país ha clausurado su espacio aéreo durante 24 horas.
Ahmed Awad Ibn Auf ha instado a todos los grupos armados sudaneses a que se unan al Ejército y ha subrayado que su país mantendrá relaciones de buena vecindad con todas las naciones.
Según reporta el canal emiratí Al-Hadath, un grupo de oficiales ingresó este jueves al edificio de la cadena estatal de radio y televisión Sudan TV en Omdurman, ciudad satélite de Jartum, la capital sudanesa, para emitir el anuncio al pueblo.
Fuentes locales indicaron a Reuters que las Fuerzas Armadas mantienen a Bashir en arresto domiciliario. Al-Hadath señala que cerca de 100 allegados al mandatario también han sido detenidos; entre ellos, el actual presidente del partido gobernante Congreso Nacional, Ahmed Mohammed Haroun; el exministro de Defensa, Abdel Rahim Mohammed Hussein, y el ex vicepresidente primero, Ali Osman Mohammed Taha.
Movimiento popular
El anuncio se produce después de meses de protestas contra el Gobierno de Bashir, que ha permanecido en el poder unos 30 años. El mandatario es requerido por la Corte Penal Internacional (CPI) para ser procesado por cargos de genocidio.
Testigos citados por Al-Hadath informan sobre un fuerte despliegue militar en diferentes partes de Jartum. Reuters, por su parte, reporta que la sede del partido político islámico de Bashir en la capital ha sido allanada por los soldados.
Entretanto, miles de personas han tomado las calles de la capital y de otras partes del país celebrando lo que consideran como el fin de décadas de represión con cánticos como "el régimen ha caído".
Meses de protestas
Previamente esta semana, soldados se enfrentaron con efectivos de los servicios de inteligencia y de seguridad del país que trataban de dispersar a miles de manifestantes antigubernamentales que acampaban frente al Ministerio de Defensa en la capital sudanesa.
Al menos 11 personas murieron en los enfrentamientos este 9 de abril, incluidos 6 miembros de las Fuerzas Armadas, según Reuters.
Las protestas, que se iniciaron en Sudán hace unos cuatro meses con demandas para bajar el precio del pan, se convirtieron en un movimiento que abogaba por el cambio de régimen político en el país. Según los datos de activistas de derechos humanos, durante este período 60 manifestantes murieron, cientos resultaron heridos y miles fueron detenidos.
EE.UU., Reino Unido y Noruega emitieron entonces un comunicado conjunto en el que hacen un llamado a una transición del poder pacífica en el país africano. "El no hacerlo conlleva el riesgo de causar mayor inestabilidad. El liderazgo sudanés tiene la seria responsabilidad de evitar tal resultado", reza el documento.
Últimas décadas
Tras una guerra civil entre 1983 y 2005, Sudán se dividió y dio paso a la creación de Sudán del Sur en 2011. En este conflicto, el más prolongado en el continente, cientos de miles de personas de ambos bandos perdieron la vida.
Solo en la región de Darfur, al este de Sudán, se registraron unas 300.000 muertes y miles de violaciones a mujeres y niñas, según datos de la ONU. Al día de hoy, Bashir ha negado las acusaciones en su contra por estos crímenes.
Por otra parte, Bashir ha sido criticado por la oposición por enviar cantidades significativas de sudaneses a pelear en la guerra en Yemen protagonizada por la coalición que encabeza Arabia Saudita. El mandatario es señalado por revertir los lazos que el país tenía con Irán para apoyar a los países del Golfo a cambio de recursos básicos para la subsistencia.
Desde la secesión de Sudán, el país ha visto una pérdida del 75 % de sus ingresos en moneda extranjera, lo que ha limitado la importación de los medicamentos, combustible y alimentos necesarios para la población.