El expresidente peruano Alan García, quien falleció este miércoles en un hospital luego de dispararse una bala en la cabeza, le había concedido una reveladora entrevista el día anterior a la cadena de noticias RPP, siendo su último reportaje antes de fallecer.
Así, tras conocerse la noticia de su deceso, las declaraciones de García del martes llamaron la atención de la prensa y muchos cibernautas, que las remarcaron en Twitter: "Soy cristiano. Creo en la vida después de la muerte", había dicho el político.
Mientras conversaba acerca de su postura sobre los presuntos casos de corrupción en los que estaba involucrado, comentó: "Es una situación fea y si la patria llega a convencerse de que tengo algo que pagar, es la patria". Y continuó: "Así como la he servido y he hecho cosas por ella, yo no estoy aquí para refunfuñar y odiar. Confío en la historia". En otro tono, García afirmó "tener un pequeño sitio en la historia de Perú".
Estaba implicado en el caso Odebrecht
El ex mandatario decidió dispararse en la cabeza cuando agentes de la División de Investigación de delitos de Alta Complejidad se presentaron en su domicilio para privarlo de su libertad durante diez días.
Según relató públicamente el ministro del Interior, Carlos Morán, durante el operativo policial el acusado dijo que iba a comunicarse con su abogado, se dirigió a su habitación y luego cerró la puerta. "A los pocos minutos se escuchó el disparo de un arma de fuego, la Policía forzó el ingreso y encontró al señor García, en posición de sentado, con una herida en la cabeza", repasó el funcionario.
En efecto, el político era sospechado de haber recibido supuestos sobornos de la constructora brasilera Odebrecht, que pretendía realizar una línea de metro en Lima, la capital del país, cuando el fallecido ocupaba la Presidencia. Hace una semana, el expresidente Pedro Pablo Kuczynski fue arrestado por el mismo plazo, también vinculado a presuntos casos de corrupción en torno a la compañía de Brasil.
No obstante, durante la conversación con el periodista, García sostuvo su inocencia: "Todo es especulación, y con especulaciones no se priva a una persona de su libertad, ni siquiera de manera preliminar". Asimismo, opinó que no había "ninguna razón fáctica o hecho concreto" en las acusaciones.
"¿Tanto les cuesta aceptar que han tenido un presidente que no roba? No nos damos cuenta que alguien puede no robar", concluyó García la noche anterior a su fallecimiento.