El presidente de EE.UU. Donald Trump se mostraba reacio a expulsar a los oficiales rusos después del escándalo por el envenenamiento con un agente nervioso paralizante del exagente doble Serguéi Skripal y su hija Yulia en el Reino Unido, del que las autoridades británicas responsabilizan a Moscú, hasta que la entonces directora interina de la CIA le mostrara materiales de la Inteligencia británica, afirma The New York Times.
Según fuentes del periódico, Gina Haspel, que actualmente encabeza la CIA, apeló a las emociones del mandatario y le mostró fotos de niños hospitalizados "después de resultar afectados por el Novichok" y luego una foto de patos muertos que, según los funcionarios británicos, "fueron matados inadvertidamente por el chapucero trabajo de los agentes rusos".
De esta manera Haspel supuestamente buscaba convencer a Trump de expulsar a 60 diplomáticos rusos, lo que calificó como una "opción fuerte", y de acuerdo con los oficiales que hablaron con The New York Times, el presidente miró las imágenes detenidamente y al final de la reunión "apoyó la opción fuerte", aunque consideraba el caso Skripal como "legítimos juegos de espías" pese a que Moscú rechaza todas las acusaciones.
Se trata de la primera vez que la existencia de este tipo de datos y materiales que supuestamente posee la Inteligencia del Reino Unido se menciona públicamente. Las autoridades británicas no mencionaron ni el descubrimiento de patos muertos a causa del agente nervioso, ni de los niños que se pusieron enfermos. Por su parte, fuentes gubernamentales del periódico británico The Daily Telegraph afirmaron no tener conocimiento del envío de foto alguna a los estadounidenses.
Tras el ataque contra los Skripal en marzo del año pasado, el niño británico Aiden Cooper, de 12 años, reveló que había jugado en un parque con dos amigos cuando Serguéi Skripal les dio pan. Los tres luego pasaron por una revisión médica y no presentaron indicios de envenenamiento tóxico. Se estima que aquellos niños fueron los más jóvenes de las 130 personas revisadas por una potencial exposición al Novichok.
Destrezas de espía
The New York Times detalla que para lograr que le presten atención en la Casa Blanca en una complicada época en que las opiniones de los agentes de Inteligencia se perciben con un profundo escepticismo por el presidente y su Administración, Haspel acudió a la táctica de pequeños gestos y "una mezcla de realismo testarudo y apelaciones a las emociones" en sus conversaciones con Trump.
La directora de la CIA recibió entrenamiento profesional para tratar a los informantes y, según el periódico, "se ha amparado en sus habilidades de espía: capacidad de saber escuchar, la empatía y la capacidad para conectar con la gente".
La noticia de The New York Times genera las preguntas de si el presidente fue manipulado a nivel emocional por la directora de su propia agencia de espionaje y si le mostraron materiales engañosos con información errónea para que adoptara pasos hostiles hacia Rusia. Pero también abre más espacio para la especulación acerca de lo acontecido en la ciudad inglesa de Salisbury, sugiriendo la probable existencia de evidencias que el Reino Unido no hizo públicas por razones desconocidas o que la CIA manipuló con el material a la hora de presentarlo a Trump.