Cuando Jeff Sessions, exfiscal general de EE.UU., le dijo a Donald Trump que se había designado a un asesor especial para llevar a cabo la investigación sobre la presunta injerencia rusa en las elecciones de 2016, el presidente respondió: "Dios mío. Es terrible. Es el fin de mi presidencia. Estoy jodido".
El episodio, que tuvo lugar en 2017 tras el nombramiento de Robert Mueller, ha salido a luz tras la publicación del informe del asesor especial sobre la presunta trama rusa, por parte del Departamento de Justicia de EE.UU. La cita tuvo lugar durante una conversación en la Oficina Oval entre Sessions y Trump.
De acuerdo con el testimonio del jefe de personal de Sessions, Jody Hunt, el presidente se había enfadado con el fiscal general por su decisión de recusarse de participar en la investigación, preguntando: "¿Cómo pudiste dejar que esto sucediera, Jeff?"
El mandatario le dijo a Sessions que escuchó que la investigación podía durar "años y años", y él "no podrá hacer nada", según reza el informe. "Esto es lo peor que me ha pasado", dijo Trump, según el informe.
Tras dos años investigando la presunta colusión de Trump con Rusia durante las elecciones presidenciales de 2016, Mueller entregó a fines de marzo su informe final al fiscal general William Barr. Al ofrecer este jueves una rueda de prensa al respecto, Barr enfatizó que el documento no contiene "ninguna evidencia de que cualquier estadounidense, incluso miembros de la campaña electoral de Trump" conspirara con Moscú.