Las calamidades que viven a diario los civiles sirios que se encuentran en el campo de refugiados de Rukban —ubicado en la zona de Al Tanf, ocupada de manera ilegal por Estados Unidos— están lejos de resolverse, pero gracias a divulgación de datos su situación ha salido de un punto muerto y ha permitido la evacuación de 4.345 personas desde el pasado 23 de marzo, informan a través de una declaración conjunta los centros de coordinación interinstitucional de Rusia y de Siria para el regreso de los refugiados.
"La retirada de los ciudadanos sirios se desarrolla de una manera extremadamente lenta, mientras que la situación humanitaria en el campamento continúa empeorando rápidamente", señalan esos organismos.
Ambas partes hacen hincapié en que desde hace 1.847 días los 40.000 refugiados de Rukban, de los cuales aproximadamente el 80 % son mujeres y niños, sufren "unas terroríficas condiciones insalubres" y están "rodeados de enfermedades" y "sometidos diariamente a violencia de los militantes".
Con ello, la responsabilidad por la situación humanitaria en ese campamento situado en el sudeste de la provincia de Homs (Siria), en la frontera con Jordania, "recae completamente en el mando de las tropas de EE.UU. en la zona de Al Tanf, que no permite el paso de las columnas de autobuses formadas por el Gobierno sirio para rescatar a sus ciudadanos".
Militantes controlados por EE.UU.
De esta declaración trasciende que los grupos de militantes armados controlados por EE.UU., liderados por Magavir Al Saura, han tomado medidas adicionales para retener a los refugiados por la fuerza como respuesta a la iniciativa rusosiria de disolver el campamento Rukban.
"Los militantes formaron en el campamento la llamada policía local y desarrollaron para sus residentes una lista de prohibiciones y penas severas por violarlas", mientras que esas 'unidades policiales' identifican y detienen a personas que apoyan al Gobierno de Bashar al Assad.
Asimismo, los residentes de Rukban solo pueden abandonar el lugar por su salida central y padecen una prohibición del tránsito de transporte —también de productos comerciales— que no se había acordado previamente con los militantes, ha revelado el comunicado.
Ante esta situación, las partes rusa y siria han hecho otro llamamiento a EE.UU. para que acabe con "las actividades destructivas en Rukban de los grupos militantes bajo su control" y "colaboren realmente" para "acelerar la salida de ciudadanos sirios hacia los lugares de residencia que eligieron" en su país.
Papel de la ONU
En este sentido, Moscú y Damasco han indicado que "EE.UU. debe dejar de injerir bruscamente en los asuntos internos del Estado soberano de Siria y dejar de retrasar artificialmente la solución del problema del campamento de refugiados de Rukban, facilitar el acceso libre de las caravanas de autobuses hasta el campo para salvar a los ciudadanos sirios y abandonar la zona ilegalmente ocupada de Al Tanf".
Los representantes de los centros de coordinación interinstitucional de Rusia y de Siria para el regreso de los refugiados han expresado su esperanza en contar con "la postura consistente y de principios de las Naciones Unidas a la hora de evaluar las acciones de EE.UU. en la región y ejercer influencia en las autoridades estadounidenses" para lograr "la disolución más pronta posible del campamento de Rukban y la eliminación de la zona de seguridad de 55 kilómetros alrededor de Al Tanf".