Un grupo de integrantes de los Navy SEAL (equipos de Mar, Aire y Tierra de la Marina de EE.UU.), concretamente de la sección Alpha del Equipo 7, fue amenazado por querer informar sobre posibles crímenes de guerra cometidos en Irak por sus superiores, reveló este martes el diario The New York Times.
Finalmente, el pasado mes de octubre el jefe de Operaciones Especiales estadounidense, Edward Gallagher, fue detenido al acumularse las denuncias de atrocidades cometidas en Irak. Recabando testimonios de otros SEAL los fiscales describieron el comportamiento del que fuera héroe de la Marina estadounidense como "sangriento" y "temerario".
Sobre el militar caído en desgracia, de 39 años, pesa más de una docena de cargos, entre los cuales figuran asesinato premeditado e intento de asesinato. Gallagher, que se enfrenta a cadena perpetua, niega todas las acusaciones.
Entre otras acciones, al que fuera jefe de Operaciones Especiales estadounidense se le acusa de:
- bombardear indiscriminadamente barrios civiles con cohetes y fuego de ametralladora;
- abrir fuego contra civiles sin provocación, y
- ejecutar de manera sumaria a un joven combatiente del Estado Islámico que fue sometido a tratamiento por parte de médicos estadounidenses, al apuñalarlo repetidamente con un cuchillo y golpearlo con un hacha.
Pero lo cierto es que meses antes de su detención, en mayo de 2018 los siete miembros denunciantes de la sección de Gallagher solicitaron la apertura de una investigación formal, pero la petición fue rechazada. Además, según el diario neoyorquino, se les advirtió de que hablar sobre este asunto podría costarles la carrera.
Tras el arresto de Gallagher, unos cuarenta miembros republicanos del Congreso de EE.UU. firmaron una carta pidiendo su liberación antes del juicio. Por su parte, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció que el mando del citado cuerpo de élite sería trasladado a "un confinamiento menos restrictivo" en espera de que el próximo 28 de mayo dé comienzo el juicio.
El superior inmediato de Gallagher, el teniente Jacob Portier, también fue acusado de no informar sobre posibles acciones criminales, así como de destruir pruebas relacionadas con la investigación sobre la conducta de Gallagher en Irak.