China se ha convertido en el adversario número uno de EE.UU. en el marco de la política exterior de la administración Trump. Darius Shahtahmasebi, analista legal y político residente en Nueva Zelanda, ha dicho a RT que Washington percibe a Pekín como una amenaza no solo en el campo militar, sino también en el económico.
Amenaza militar china
El presidente de China, Xi Jinping, ha "transformado al Ejército Popular de Liberación (EPL) en una fuerza que está cerrando rápidamente la brecha en la potencia de fuego de EE.UU., y en algunas áreas vitales la ha superado", reza un reciente informe de investigación de Reuters. Los reportes de los militares y políticos estadounidenses advierten de lo mismo.
Por ejemplo, hace poco el almirante de la Armada, Philip Davidson, comandante del Comando Indo-Pacífico de Estados Unidos, declaró ante al Comité de Servicios Armados del Senado del país norteamericano que China está desarrollando una amplia gama de sistemas de armas capaces de amenazar los intereses de Washington en la región del Pacífico. Davidson llegó incluso a clasificar al EPL como la "principal amenaza para los intereses de EE.UU., los ciudadanos de EE.UU. y nuestros aliados".
"Es sorprendente que el Ejército estadounidense —que está presente en el mar de la China Meridional, en toda Asia y que ha rodeado a los aliados más cercanos de China y a la propia China con sus bases militares— se sienta amenazado por un país que no le ha correspondido de una forma de agresión igualitaria", dice el analista.
Por otra parte, EE.UU. actualmente solo tiene 44 interceptores terrestres para proteger el territorio continental de Estados Unidos, localizados en Fort Greely, Alaska y, según algunos reportes, en California, y "los funcionarios del Pentágono han sospechado durante mucho tiempo que estas defensas son demasiado escasas para contrarrestar un ataque sustancial contra el continente americano por el creciente poder de ataque militar de China", dice el analista. También indica que "de las 18 pruebas realizadas para este sistema, el Pentágono ha admitido públicamente que ocho de ellas han fallado".
Amenaza económica
Esta semana, los representantes de 150 naciones, incluidos líderes mundiales de alrededor de 40 países, se reunirán en Pekín para el 2.º Foro para la Cooperación Internacional en el enorme proyecto comercial chino conocido como la 'Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda' (o la 'Nueva Ruta de la Seda'), entre ellos todos los líderes de los 10 países que forman la ASEAN. "Hasta la fecha, China ha firmado 173 documentos de cooperación en su proyecto Ruta de la Seda con 125 países y 29 organizaciones internacionales", indica el analista acerca de este proyecto que pretende conectar Europa, Asia del Sur y Oriental, Asia Central, Oriente Medio y también América Latina.
Además, Pekín ha invertido más de 90.000 millones de dólares en estos países entre los años 2013 y 2018, con un crecimiento anual promedio que actualmente se ubica en el 5,2%. Del mismo modo, se invirtieron 40.000 millones de dólares de vuelta en China desde estas naciones del Cinturón y Ruta de la Seda, con un comercio total entre los dos componentes que alcanzó los 6 billones de dólares.
El mes pasado, Italia se convirtió en el primer país del G7 en unirse a la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda, y otros miembros de la UE indicaron que seguirán su ejemplo. Austria y Portugal participarán en el próximo foro. También se rumorea que el Reino Unido, Suiza, Francia, España y Australia están lo suficientemente intrigados como para firmar acuerdos inspirados por la Nueva Ruta de la Seda, sin respaldar formalmente el proyecto.
"Cuando Pekín dijo que todos los países eran bienvenidos a registrarse, significó literalmente casi todos. Esto ha creado un dolor de cabeza monumental no solo para Washington", opina el analista.
Justo esta semana, el ministro de Relaciones Exteriores de España y expresidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, declaró a South China Morning Post que las actuales propuestas comerciales y de infraestructura de China reflejan el nuevo estado de la nación, que se ha convertido en una potencia mundial.
"Parece que la doctrina "Estados Unidos primero" de la administración Trump […] está dejando un vacío global que China más que felizmente está llenando", añade el autor al señalar que "donde Estados Unidos confían en amenazas, fuerza contundente, golpes de Estado dirigidos por la CIA y cosas similares para lograr sus objetivos, China hasta ahora prefiere en gran medida un enfoque más diplomático y cooperativo basado en los negocios y el comercio".
Cuanto más progrese la UE con la iniciativa de China, menos influencia quedará en última instancia en las manos de Washington, concluye.
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