El hasta ahora presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha ganado las elecciones con un magnífico resultado: aumenta en un 50% sus escaños en el Congreso, logra la mayoría en el Senado y asiste al hundimiento del líder de la oposición, el Partido Popular (PP), que se queda con unos escuálidos 66 diputados, menos de la mitad de los que tenía en la pasada legislatura.
El líder del Partido Socialista (PSOE) es el único que ahora puede formar Gobierno. Las combinaciones son difíciles, pero después de lograr gobernar con tan solo 84 diputados, cuando el PP contaba con 137, se antoja que la tarea actual será mucho más sencilla. Pero, después de que los españoles hayan votado, ¿qué es lo próximo?
¿Y ahora qué?
Tras la jornada de votación, está previsto que la constitución de las Cortes Generales, que incluyen el Congreso y el Senado, se produzca el 21 de mayo a las 10 de la mañana. Ese mismo día se elegirá a los presidentes de ambas Cámaras, así como al resto de miembros de las respectivas Mesas.
A partir de entonces, el rey Felipe VI comenzará una ronda de contactos con los diferentes grupos parlamentarios, para la que no existe ningún plazo legal establecido. Tras esas consultas, el monarca propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno y el presidente del Congreso fijará la fecha de la sesión de investidura, momento en que Sánchez, previsiblemente, deberá exponer el programa político del Gobierno que pretende formar y solicitará la confianza de la Cámara.
La fecha del primer pleno de investidura marcará la cuenta atrás de dos meses, el periodo que se dispone para proclamar un presidente del Gobierno antes de convocar nuevas elecciones generales. Si expira el plazo, se convocarán automáticamente los nuevos comicios, que se celebrarán 50 días después de la convocatoria. Esta situación solo ha sucedido una vez en la historia de la democracia española y fue precisamente en la pasada legislatura. Tras las elecciones de diciembre de 2015 y la imposibilidad de formar Gobierno, en verano de 2016 tuvieron que repetirse los comicios.
- Investidura: mayoría absoluta en la primera votación o simple en la segunda
En ese primer pleno de investidura el candidato debe obtener la mayoría absoluta de los votos de la Cámara para proclamarse jefe del Ejecutivo. Es decir, debe obtener al menos 176 votos de los 350 diputados que componen el Hemiciclo.
Si no logra superar ese primer trámite, en la segunda sesión de investidura, que se celebraría trascurridas 48 horas, bastaría con que obtuviese mayoría simple, es decir, le bastaría obtener más 'síes' que 'noes', por lo que las abstenciones son valiosas.
Si se diese la opción de que Sánchez tampoco obtuviese la confianza del Congreso en la segunda vuelta el proceso se repetiría: el rey iniciaría una nueva ronda de consultas con los partidos políticos, propondría un nuevo candidato y se sometería a votación para obtener la mayoría absoluta en la primera ronda o simple en la segunda.
Si trascurren dos meses sin que ningún candidato consiga el apoyo del Congreso, las Cortes Generales se disolverían y se convocarían de nuevo comicios.
Sánchez presidente, pero ¿cómo?
Los resultados salidos de las urnas en la jornada de este domingo solo dejan una cosa clara: solo Sánchez puede convertirse de nuevo en presidente del Gobierno, porque es el único que tiene capacidad para reunir los apoyos necesarios.
- Opción A: Hacer realidad el bloque progresista
El bloque de las tres derechas (PP, Ciudadanos y Vox) tan solo suma 147 escaños en una Cámara con 350 diputados, mientras que solo entre PSOE y Unidas Podemos (UP) cuentan con 165.
Así las cosas, si Sánchez apuesta por una alianza estable con los de Pablo Iglesias, líder de UP, tan solo necesita sumar otros 11 escaños para alcanzar la mayoría absoluta con la que ser investido en la primera votación, o bien la abstención de 20 diputados para lograrlo en la segunda.
Iglesias ya ha manifestado en diferentes ocasiones que esta vez quiere entrar en el Gobierno, mientras que los socialistas, según declaraciones de la vicepresidenta Carmen Calvo, parece que apuestan por un Gobierno en minoría y en solitario, y apoyos puntuales para sacar adelante sus legislaciones.
Aunque se da por hecho que un acuerdo entre socialistas y UP contaría con el apoyo de Compromís (1 diputado) y Partido Nacionalista Vasco (6), e incluso con Coalición Canaria (2) y el Partido Regionalista de Cantabria (1), faltaría un voto para alcanzar los 176 de la mayoría absoluta.
Así, todas las miradas se giran hacia Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), el partido de Oriol Junqueras, el exvicepresidente de la Generalitat catalana que se encuentra en prisión desde hace año y medio y que está siendo juzgado por el referéndum de autodeterminación celebrado en Cataluña en 2017, acusado de los delitos de rebelión y sedición, entre otros.
Una de las metas de Sánchez era conseguir gobernar sin depender ni por acción ni por omisión (sin necesidad de su apoyo, ni de su abstención) de los partidos independentistas catalanes. Aunque una coalición de PSOE, UP y ERC, sumaría 180 diputados y lograría un Gobierno fuerte y de claro signo progresista.
Por su parte, ERC durante la campaña ya abrió las puertas a facilitar un nuevo Gobierno del socialista, con la clara intención de frenar al bloque conservador que ha estado anunciando la inminente intervención de la autonomía catalana si llegaba a gobernar. Y esta mañana su portavoz, Gabriel Rufián, declaraba: "El resultado electoral interpela a los ganadores, el PSOE. No se trata de lo que hará ERC con el PSOE, sino de qué hará el PSOE con Cataluña. Y el PSOE no hace, al PSOE se le obliga a hacer".
- Opción B: La preferida por los mercados y denostada por los afiliados
Pero Sánchez tiene todavía una opción más, menos probable, pero no descartable. Los asientos en el Hemiciclo del partido socialista sumados a los de Ciudadanos suman 180 escaños: podrían gobernar sin necesidad de ningún otro apoyo.
El líder del partido conservador, Albert Rivera, se ha cansado de repetir durante la campaña que nunca pactará con Sánchez. Éste último no ha sido tan rotundo, aunque también parecía que mostraba una postura contraria al pacto con Ciudadanos.
Pero se prevé que se reciban presiones por parte de los mercados y de otros grupos de interés, que tendrían en este pacto puestas sus preferencias por considerarlo la opción más estable y que protegería mejor los intereses de las clases dominantes.
Aunque los militantes socialistas no lo aprobarían, como demuestra que durante la intervención de Sánchez, una vez conocidos los resultados de los comicios, gritaban una y otra vez a su líder: "¡Con Rivera, no!".
Lo cierto es que los buenos resultados de las dos formaciones se han fabricado en parte gracias a la oposición con el otro, y un entendimiento entre ambos sería muy difícil de comprender para sus respectivos electorados, y les podría pasar factura en futuros comicios.
Las elecciones continúan
El ciclo electoral en España no ha hecho más que empezar. Otra cita fuerte se avecina tan solo dentro de cuatro semanas. El 26 de mayo se celebra un superdomingo: elecciones municipales, elecciones autonómicas y elecciones europeas.
Las elecciones europeas pueden arrojar resultados algo diferentes a los de las nacionales, puesto que la circunscripción es única y no entra tanto en juego el voto útil, pues el sistema electoral no penaliza a las formaciones minoritarias que no tienen el voto concentrado, como sí lo hacen en las elecciones generales.
Las votaciones en las regiones que celebran comicios (todas salvo Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia y el País Vasco) y en todos los Ayuntamientos del país sí podrían verse influenciadas por los acuerdos que se vislumbren entre las fuerzas políticas nacionales, por lo que se sospecha que los movimientos serán discretos hasta después del 26 de mayo.
Nuria López
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