Más de 600 científicos europeos pidieron a la Unión Europea (UE) que, a través de sus relaciones comerciales con Brasil, garantice la protección de los derechos humanos y el medio ambiente en este país. La petición, en la que también participan 300 grupos indígenas, se ha realizado por medio de un manifiesto publicado en la revista Science.
"Los bosques, humedales y sabanas de Brasil son cruciales para una gran diversidad de pueblos indígenas, la estabilidad de nuestro clima a nivel global y la conservación de la biodiversidad", destaca el texto, que advierte que el nuevo Gobierno del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, amenaza "los derechos de los indígenas y las áreas naturales que protegen".
Deforestación masiva
"La UE [segundo mayor socio comercial de Brasil] gastó más de 3.000 millones de euros en importación de hierro brasileño en 2017, a pesar de los peligrosos estándares de seguridad y la extensa deforestación provocada por la minería", lamentan los signatarios.
Además, recuerdan que "solo en 2011, la UE importó carne y alimento para ganado asociado con más de 1.000 kilómetros cuadrados de deforestación brasileña, lo que equivale a más de 300 campos de fútbol por día".
Por lo tanto, "la UE necesita urgentemente reforzar el comercio sostenible, defender sus compromisos en materia de derechos humanos, protección ambiental y mitigación del cambio climático", agregan.
Los firmantes instan a la UE a defender la Declaración de Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas; mejorar los procedimientos para rastrear los productos asociados con la deforestación y los conflictos de derechos indígenas; así como consultar y obtener el consentimiento de estos grupos para definir criterios sociales y ambientales a la hora de comercializar los productos.
Golpe a los indígenas
En una entrevista a Globo News, el ministro de Medio Ambiente de Brasil, Ricardo Salles, aseguró que el manifiesto no tiene "credibilidad" y que se trata de una "discusión comercial disfrazada". Salles fue condenado antes de asumir su puesto por fraude procesal en un plan de protección ambiental.
El presidente ultraderechista estrenó su Ejecutivo, el pasado 1 de enero, con un fuerte golpe a los pueblos indígenas. Bolsonaro, que ha amenazado con explotar la Amazonía de la mano de EE.UU., transfirió los poderes de la Fundación Nacional del Indio (Funai), encargada hasta entonces de la demarcación de las tierras indígenas, al Ministerio de Agricultura, dirigido por Tereza Cristina Dias, quien fue líder de la bancada ruralista en la Cámara de Diputados.
La Articulación de Pueblos Indígenas de Brasil (Apib) denuncia que, desde que el nuevo Ejecutivo se encuentra en el poder, han sufrido "una serie de ataques e invasiones", así como "persecuciones y expresiones de racismo e intolerancia". La semana pasada, miles de indígenas se manifestaron durante tres días en Brasilia, capital del país, contra las políticas de Bolsonaro.
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