El Gobierno estadounidense anunció este miércoles que pedirá pruebas de ADN a las familias migrantes que crucen la frontera entre Mexico y EE.UU. La medida forma parte de los nuevos esfuerzos de la Administración de Donald Trump para combatir lo que considera fraude migratorio, informaron medios locales al citar a funcionarios de Seguridad Nacional.
Un programa piloto se iniciará la próxima semana y, según la información proporcionada por las autoridades, con pruebas voluntarias. El objetivo es impedir que los inmigrantes adultos eviten su detención de largo plazo aduciendo, de forma fraudulenta, que ingresan al país en compañía de un hijo menor de edad.
Tras una decisión judicial adoptada en 2015, quienes se encuentren legalmente en ese caso deben ser liberados a más tardar en 20 días. Ahora las autoridades gubernamentales están buscando aumentar los lapsos legales de detención familiar.
Por otra parte, se ha indicado que las muestras de ADN solo se utilizarán para determinar las relaciones familiares, y no para fines de procesamiento judicial. "Este es un avance sin precedentes en nuestro proceso y técnicas de investigación", dijo a la prensa un funcionario del Departamento de Seguridad Nacional.
Durante el último semestre, las autoridades han identificado más de 1.000 casos de 'familias fraudulentas': personas que al ser detenidas en la frontera sur alegaron falsamente ser parte de un mismo grupo familiar.
A principios de esta semana, el Servicio de Inmigración y Aduanas movilizó a un numero no precisado de investigadores hacia lugares de la frontera sur que se han visto 'abrumados' por la reciente afluencia de familias migrantes.
"Al ingresar de manera fraudulenta como una unidad familiar, o como un menor no acompañado, los extranjeros ilegales pueden explotar los vacíos legales existentes en las leyes de inmigración para entrar a EE.UU. y evitar la detención", señaló el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas estadounidense.