¿Hasta dónde llega la libertad de expresión en redes sociodigitales? Es la pregunta que se hacen muchos mexicanos luego de algunos populares analistas fueran bloqueados en Twitter y YouTube, un asunto que encendió el debate en torno al fenómeno global de la censura en internet y evidenció la disputa ideológica que se vive en México.
La historia comenzó en marzo pasado, cuando el analista geopolítico Alfredo Jalife-Rahme fue expulsado de Twitter, tras realizar algunos comentarios en contra de los expresidentes Felipe Calderón y Vicente Fox, y el historiador Enrique Krauze, personajes referentes dentro de la derecha mexicana. En el mensaje, cargado de adjetivos y descalificaciones, Jalife acusó a estas personas de emprender una campaña mediática contra el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Jalife, quien cuenta con un número importante de seguidores y suele utilizar adjetivos peyorativos para arremeter contra sus enemigos, también acusó al expresidente Calderón de haber cometido un presunto acto de corrupción, en el cual supuestamente intervino Krauze, para beneficiar a los dueños de una cementera mexicana con dinero público.
Posteriormente, la cuenta del analista fue bloqueada en Twitter, con la justificación de que los mensajes del analista violaban las reglas de convivencia de la red social. Sin embargo, muchos usuarios de redes interpretaron esto como un acto de censura, luego de que la compañía bloqueara también los perfiles que replicaban las ideas de Jalife.
Para Jalife, quien es profesor de posgrado en la Universidad Nacional Autónoma de México, columnista y comentarista de temas geopolíticos en medios de comunicación, Twitter es un instrumento de las élites políticas y financieras globales para "recanalizar la opinión pública" hacia una ideología favorable a la derecha.
El analista mexicano con raíces libanesas, crítico del sionismo y del neoliberalismo, volvió a estar en medio de la polémica, luego de que en la conferencia matutina del 24 de abril, se le preguntara al presidente López Obrador si Jalife tenía contemplado para trabajar en su Gobierno.
"Es una muy buena persona. No creo yo que quiera ocupar un cargo, es un analista, un investigador; pero en el caso que hubiese algo que le interesara, como cualquier otro profesional analista, lo tomaríamos en cuenta. No hay veto para Jalife ni para nadie", respondió el mandatario mexicano.
Ante la postura del presidente, más de 150 intelectuales y figuras públicas, todos ellos críticos del proyecto de la Cuarta Transformación promovido por López Obrador, firmaron una carta en la que manifestaron su preocupación ante la posibilidad de que Jalife pudiera ocupar un cargo en el Gobierno.
"Jalife es el representante extremo del discurso del odio en las redes sociales mexicanas. Su método no es el debate sino la infamia, el insulto, la amenaza y la calumnia. Las mujeres han sido blanco de sus vejaciones y acosos. La homosexualidad es objeto de sus expresiones degradantes. Con frecuencia recurre a la discriminación racial y religiosa, en especial contra personas de ascendencia judía. Twitter suspendió su cuenta para no prestarse a su bajeza", señaló la carta difundida el 1 de mayo.
Entre los firmantes de la carta se encontraba el historiador Enrique Krauze, señalado de operar una red de noticias falsas en contra de López Obrador. También la rubricaron los escritores Héctor Aguilar Camín, Juan Villoro y Javier Sicilia, y los académicos Jorge Castañeda, María Amparo Casar, José Woldemberg, entre otros.
La carta volvió a encender la polémica, ya que los seguidores de Jalife impulsaron el hashtag #MenosKrauzesMásJalifes para defender al analista, mientras se reportaban más cuentas bloqueadas.
Días más tarde, una serie de 'youtubers', en su mayoría afines al movimiento de López Obrador, sostuvieron una conversación en línea con Jalife para hablar de la censura en redes, y el tema se volvió tendencia en Twitter.
Posteriormente, el periodista Julio Hernández retomó el asunto para desmenuzarlo en su canal de YouTube pero, horas después, el video fue retirado de la red sociodigital por presuntamente haber violado las reglas de la plataforma, un acontecimiento que provocó molestias entre seguidores del periodista y reavivó la polémica en torno a la censura en redes.
Manuel Hernández Borbolla