Un grupo de científicos de la Universidad de Harvard (EE.UU.) ha descubierto que las antiguas esculturas de piedra que se exhiben en la ciudad guatemalteca de La Democracia fueron talladas tras determinarse que las rocas estaban magnetizadas, lo cual sugiere que la civilización que las esculpió tenía un conocimiento práctico del magnetismo.
Se cree que estas esculturas de basalto, también conocidas como 'Barrigones', fueron talladas hace más de 2.000 años, durante el periodo Preclásico Tardío de las civilizaciones mesoamericanas. Estudios previos ya habían sugerido que algunas de esas figuras tenían anomalías magnéticas, pero en esta nueva investigación, que se publicará en la edición de junio de la revista Journal of Archaeological Science, se ha determinado que algunas de las rocas fueron originalmente magnetizadas por rayos antes de ser esculpidas.
Los científicos de Harvard se valieron de escáneres y magnetómetros para mapear la distribución de la magnetización en las esculturas, y descubrieron que 10 de las 11 figuras tenían anomalías magnéticas. Además, detectaron que muchas de esas figuras están talladas de tal manera que el inusual campo magnético coincide con el ombligo o con la mejilla derecha de la estatua, lo que sugiere que sus escultores sabían cómo detectar el magnetismo. Se estima que los autores de los Barrigones se valieron de artefactos basados en minerales de hierro similares a los imanes para resaltar los campos magnéticos de las piedras.
Este hallazgo refuerza la teoría de que las primeras civilizaciones mesoamericanas conocían las propiedades del magnetismo y cómo detectarlo, incluso antes de producirse las primeras referencias sobre el magnetismo, que datan de hace unos 2.700 años en China.
"Los Barrigones podrían haber representado a los antepasados de la clase dominante y haber dado forma física a su reclamo de poder basado en la herencia", señalaron los responsables de la investigación. "Si esta interpretación es correcta, la habilidad de los Barrigones para desviar, drásticamente en la mayoría de los casos, una piedra magnetizada habría servido para reforzar su mensaje de continuidad ancestral viva", agregaron.
Estos "resultados demuestran el significado de la piedra en la antigua Mesoamérica y sus propiedades simbólicas, pero también las antiguas interpretaciones de los cuerpos humanos y las creencias de que ciertas características clave, como el rostro, el estómago y el ombligo, eran particularmente potentes o poderosas", dijo por su parte la historiadora de arte de la Universidad de Texas (EE.UU.) Julia Guernsey, quien no tomó parte en el estudio, en declaraciones al portal LiveScience.
Si te ha gustado, ¡compártelo con tus amigos!