La localidad española de Estepona (en la provincia de Málaga, al sur del país) ha estrenado un largo tobogán metálico pensado para acortar el trayecto entre dos calles de la ciudad separadas por un pronunciado desnivel. Sin embargo, los lugareños lo han recibido con recelo, tras las experiencias de los primeros 'valientes' que se han lanzado a probarlo.
Los relatos de estos primeros usuarios reportan heridas, moretones y hasta quemaduras por fricción, entre otras experiencias nada envidiables: "Me he tirado y me hice daño por todos lados, volé 2 metros y los policías se empezaron a reír", indica una mujer en un tuit.
La misma usuaria ofrece, a modo de prueba, heridas que supuestamente atestiguan lo sucedido durante de su doloroso descenso.
A juicio de otros varios ciudadanos, la instalación no ofrece suficiente seguridad a quien se atreva a usarla. Con 38 grados de pendiente y un material metálico que se calienta por la exposición al sol, no parece que el tobogán urbano más largo de España sea una buena opción en verano.
Un video que circula por las redes sociales recoge además el descenso, endiabladamente rápido, de una mujer que hace uso del deslizadero. La velocidad que alcanza hace que pierda el control de su propio peso e impacte repetidamente contra los laterales de la pendiente, y la inercia del descenso provoca que salga violentamente despedida al final del accidentado trayecto.
El tobogán de Estepona une la calle Eslovaquia con la calle Reina Sofía. A la vista de los resultados, probablemente sea más seguro recorrer la distancia entre ambas calles de una forma más convencional, tal como los lugareños venían haciendo hasta ahora.
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