Algunos peces que habitan en profundidades apenas alcanzables para la luz solar tienen fotorreceptores capaces de detectar colores, según un estudio de un equipo internacional de investigadores, publicado el pasado viernes en la revista Science.
La visión de la mayoría de los vertebrados se determina por dos tipos de células en la retina: los conos y los bastones. Los conos distinguen colores, pero funcionan solo cuando hay bastante iluminación. Por su parte, los bastones pueden detectar la luz notablemente más escasa, pero lo hacen en blanco y negro, porque utilizan solo un tipo de la proteína opsina RH1.
Al estudiar 101 especies de la zona mesopelágica, que se extiende entre 200 y 1.000 metros debajo de la superficie del océano, los biólogos descubrieron que cuatro de ellas tienen genes que aumentan —hasta 5, 6, 18 y 38— la cantidad de variantes de la RH1 en los bastones. La presencia de varios tipos de esa proteína posibilita a esas células ver colores, opinan los científicos.
El máximo número, registrado en el malcarado plateado, es "impresionante", cita Science News a Megan Porter, bióloga evolucionaria que no se integró en el equipo.
No obstante, no se puede constatar ciertamente que esas cuatro especies de verdad puedan ver colores, admite la autora principal del estudio, Zuzana Musilová. Tomando en cuenta la diferencia de presiones entre la superficie y la zona mesopelágica, probablemente no sobrevivan al ser extraídos de sus profundidades, por lo que no se pueden hacer las pruebas, explica.
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