BlackRock, la administradora de fondos de inversión más grande del mundo, que mueve un volumen de activos estimado en más de 6,5 billones de dólares, busca participar en la modernización del corredor ferroviario en el Istmo de Tehuantepec, un megaproyecto de infraestructura que conecta a los océanos Atlántico y Pacífico a lo largo de 300 kilómetros.
La carta donde BlackRock revela su interés de invertir en el también conocido como 'mini Canal de Panamá', fue enviada por su presidente y director ejecutivo, Larry Fink, el pasado 18 de abril. Sin embargo, no fue sino hasta la primera semana de mayo cuando el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), la dio a conocer durante una de sus conferencias de prensa desde Palacio Nacional.
"Como lo dije durante el Diálogo [de Ejecutivos EE.UU.-México], BlackRock está fuertemente comprometida con México (…) estamos preparados para asociarnos en la construcción de infraestructura de servicio de Internet en todo el país y para desarrollar el Istmo de Tehuantepec", se lee en el documento. López Obrador mencionó la carta para resaltar la "confianza" de empresarios extranjeros en México, pero en ese momento no se pronunció ni a favor ni en contra de la oferta lanzada por Fink.
El 23 de diciembre del año pasado, sin embargo, cuando presentó el plan de modernización del corredor ferroviario en el Istmo de Tehuantepec, AMLO aseveró que, a diferencia de otros megaproyectos de infraestructura como el Tren Maya, la modernización de la vía de ferrocarril que conecta a los puertos de Coatzacoalcos (Veracruz) y Salina Cruz (Oaxaca) se llevaría a cabo solamente con inversiones de origen nacional. Esto, explicó, para evitar que México se colocara en el medio de un "pleito entre potencias" dada la relevancia estratégica de la obra.
De acuerdo con el presidente mexicano, el corredor ferroviario en el Istmo de Tehuantepec tiene por objetivo impulsar el desarrollo económico sirviendo como vía de comunicación para transportar las mercancías que vienen desde las naciones de Asia-Pacífico y se dirigen hacia la costa Este de la Unión Americana.
Adicionalmente, según se apunta en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, se contempla la implementación de 'zonas libres' para incrementar la atracción de inversión extranjera directa, disminuciones del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el Impuesto sobre la Renta (ISR), así como la venta de combustibles a precios más bajos.
Si López Obrador acepta finalmente la participación de BlackRock en el denominado 'mini Canal de Panamá', además de ver aumentados sus negocios, la firma estadounidense ampliará su control sobre infraestructura estratégica relacionada con el transporte.
Así lo había hecho desde la aprobación de la reforma energética impulsada por el gobierno anterior: durante el sexenio de Enrique Peña Nieto pasó de ser la mayor accionista en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) a convertirse en socia de Petróleos Mexicanos (Pemex).
BlackRock y el control de infraestructura estratégica
BlackRock comenzó a hacer negocios en México en 2008, durante el gobierno de Felipe Calderón. La firma estadounidense lo mismo posee acciones de empresas como Coca-Cola FEMSA y CEMEX, que de gigantes de las telecomunicaciones como América Móvil, propiedad del magnate Carlos Slim.
Pero el mercado bursátil no es su único ámbito de negocios. Después de la aprobación de la reforma energética que abrió las puertas a la inversión privada (nacional y extranjera), BlackRock pasó a asociarse con Pemex en la construcción de infraestructura estratégica y tomar parte de las ganancias generadas por los contratos para la exploración y explotación de petróleo.
En marzo de 2015, junto con First Reserve –la firma más grande de capital privado en el sector energético–, BlackRock firmó un acuerdo con PMI, una de las filiales de Pemex, para participar en la segunda fase del gasoducto Los Ramones a través de la compra de un 45% (equivalente a unos 900 millones de dólares) de este proyecto que abastece a las zonas centro y occidente de México a lo largo de 744 kilómetros.
En octubre de ese mismo año la firma estadounidense completó la adquisición de Infraestructura Institucional por 71 millones de dólares, un fondo de inversión que a su vez tenía participación en Sierra Oil & Gas, una de las empresas que había resultado ganadora en las subastas petroleras de la Ronda Uno, con lo cual, BlackRock garantizó su acceso a los dividendos producto de la exploración y explotación de yacimientos de crudo.
Sin nuevas oportunidades de negocio
Sin embargo, BlackRock no ha conseguido hacer nuevos negocios bajo el gobierno de López Obrador. Ante la debacle de la producción de petróleo, el político tabasqueño suspendió las subastas de yacimientos de crudo. Al ser declarada desierta la licitación para construir una nueva refinería en Dos Bocas (Tabasco), la semana pasada AMLO tomó la decisión de encargar a Pemex y la Secretaría de Energía el desarrollo de la obra.
No obstante, BlackRock no ha dejado pasar la oportunidad de ofrecer más negocios, prometiendo inversiones millonarias en el 'mini Canal de Panamá' a pesar de la negativa de varias calificadoras de riesgo de incrementar su nivel de confianza en la nueva Administración.
Pero sufrió otro revés a finales de abril, cuando desde el municipio de Juchitán (Oaxaca) López Obrador declaró una vez más que las empresas que invertirán en la revitalización del corredor ferroviario en el Istmo de Tehuantepec serán mexicanas.
"Les digo que no anden inventando que va a venir inversión extranjera y que vienen los extranjeros a apoderarse del Istmo. Mentira, todo lo vamos a hacer con inversión pública y si hay participación de inversión privada va a ser de mexicanos, no va a haber extranjeros", aclaró.
No hay nuevas oportunidades de negocio para la firma estadounidense. En el último párrafo de su carta dirigida a AMLO, Larry Fink convoca a realizar una cumbre de inversión presidida por BlackRock y el gobierno mexicano para, sostiene, tener la "oportunidad de volver a encontrarse". Hasta la fecha, sin embargo, a casi un mes de haber enviado la carta, la administradora de fondos más grande del mundo continúa a la espera de un lugar en la agenda del mandatario.
Ariel Noyola Rodríguez
@noyola_ariel