A medida de que el interior de la Luna se enfría, nuestro satélite se está encogiendo —llegando a ser unos 50 metros más "delgado" en los últimos cientos de millones de años—, al mismo tiempo que se registran 'lunamotos', afirma la NASA en un comunicado.
En su mensaje, la agencia espacial compara este proceso al de la conversión de una uva en pasa, señalando que, del mismo modo "la Luna se arruga al encogerse". Sin embargo, a diferencia de la uva, "la superficie lunar es quebradiza y se rompe a medida de que la luna se encoge", formando como resultado las llamadas fallas de cabalgamiento, donde una sección de la corteza es empujada sobre otra.
"Nuestro análisis proporciona la primera evidencia de que estas fallas aún están activas y, probablemente, producen 'lunamotos' hoy en día a medida que la Luna continúa enfriándose y escogiéndose gradualmente", afirma el especialista Thomas Watters. Según precisa, "algunos de estos sismos pueden ser bastante fuertes, de una magnitud de alrededor de 5,0 en la escala de Richter".
Evidencias de que las fallas están activas
El equipo de investigadores liderado por Watters analizó datos de cuatro sismómetros colocados en la Luna por los astronautas de las misiones Apolo 12, 14, 15 y 16, que registraron 28 terremotos lunares poco profundos entre los años 1969 y 1977, de entre 2,0 y 5,0 grados.
Con ayuda de un nuevo algoritmo, los científicos concluyeron que ocho de los 28 sismos poco profundos se registraron a 30 kilómetros de fallasvisibles en las imágenes lunares, una distancia bastante cercana para poder atribuírselos a las fallas. Además, sostienen que seis de esos ocho temblores se produjeron cuando la Luna estaba en su apogeo, el punto más alejado de la Tierra en su órbita. En estos momentos, según el comunicado, los eventos de deslizamiento a lo largo de estas fallas son más probables debido a la gravedad que ejerce nuestro planeta.
"Es muy probable que estos ocho temblores se produjeran debido a las fallas que se deslizaban a medida que se acumulaba la presión, cuando la corteza lunar estaba comprimida por la contracción global y las fuerzas de marea, lo que indica que los sismómetros de Apolo registraron que la Luna se está encogiendo y aún está tectónicamente activa", indicó Watters.
Otra evidencia de las fallas activas en la Luna son las imágenes tomadas por la sonda lunar Reconnaissance Orbiter, con cerca de 3.500 escarpas de fallas. Algunas muestran huellas de caídas de rocas, lo que hace suponer que una falla se deslizó y el sismo que se produjo hizo que esas piedras rodaran por el acantilado. Los investigadores apuntan que son evidencias de un sismo reciente, ya que —en escala de tiempos geológicos— estas huellas serían borradas relativamente pronto por impactos de micrometeoroides.
La coautora del estudio, Renee Weber, observa que "establecer una nueva red de sismómetros en la superficie lunar debería ser una prioridad para la exploración humana de la Luna".