Extrañas partículas en una playa cerca de Hiroshima serían 'huellas' de la explosión atómica (FOTO)

"Por lo general son aerodinámicas, vidriosas y redondeadas", afirmó el autor del estudio.

Un estudio liderado por el geólogo Mario Wannier ha determinado que una variedad de extrañas partículas vidriosas halladas en una playa arenosa cerca de la ciudad japonesa de Hiroshima serían, probablemente, restos procedentes de la urbe destruida por la explosión de la bomba atómica en 1945.

Según precisa un comunicado del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley en EE.UU., el investigador analizó numerosas y diminutas esferas vidriosas y otros objetos descubiertos en arena recolectada de la península Motoujina. "Por lo general son aerodinámicas, vidriosas y redondeadas, y me recordaron de inmediato algunas partículas esféricas que había visto en muestras de sedimentos del límite Cretácico-Terciario", afirma.

Wannier se refiere a una estrecha capa en los estratos de la corteza terrestre que data de hace 66 millones de años, cuando se extinguieron los dinosaurios por el posible impacto de un asteroide. La publicación señala que en tales eventos, el material terrestre licuado es eyectado a la atmósfera, después de lo cual se forman gotas de material vidrioso y caen de nuevo a la tierra.   

Entre las partículas estudiadas por Wannier, algunas se asemejaban a las que se forman tras un impacto de un objeto espacial, mientras que otras eran distintas. Por ejemplo, el científico halló partículas con composición parecida a goma y otras que incluían una variedad de materiales revestidos en una o múltiples capas de vidrio o sílice. Muchas tenían un tamaño de entre 0,5 y 1 milímetro.

"La pregunta fue: '¿Dónde está la ciudad?'"

El investigador recogió más muestras de arena en las cercanías de Hiroshima, con alta concentración de estas extrañas partículas, lo que le sugirió la idea de que podrían estar relacionadas con la explosión de la bomba atómica en 1945, que destruyó o dañó aproximadamente el 90% de las estructuras en la ciudad.

Wannier y su equipo estimaron que un kilómetro cuadrado de arena de playa en la zona, recogida desde su superficie hasta una profundidad de 10 centímetros, contendría entre 2.200 y 3.100 toneladas de estas partículas. El estudio publicado en la revista Anthropocene concluye que, lo más probable, es que procedan de la ciudad destruida por la explosión. "Tienes una ciudad y un minuto después no tienes ninguna ciudad. La pregunta fue: '¿Dónde está la ciudad? ¿Dónde está el material?' Es un tesoro haber descubierto estas partículas, es una historia increíble", afirma Wannier.

El análisis y los experimentos llevados a cabo sobre las inusuales partículas corroboraron la hipótesis sobre su origen, mostrando que se formaron en condiciones extremas que excedían los 1.800 grados Celsius y tenían una microestructura única. Se descubrió que su composición se correspondía estrechamente con los materiales que eran comunes en Hiroshima en el momento del bombardeo, como el concreto, el mármol, el acero inoxidable y la goma. "La hipótesis de la explosión atómica es la única explicación lógica de su origen", sostiene el científico Nobumichi Tamura, que trabajó en los análisis del material.

Las partículas fueron bautizadas hiroshimaitas para subrayar su posible origen.