"El reino de Arabia Saudita no quiere una guerra en la región ni la busca", declaró en una conferencia de prensa el ministro de Exteriores del país, Adel al Jubeir, quien aseguró que Riad "hará todo lo que pueda para prevenir esta guerra, y al mismo tiempo reafirma que en el caso de que la otra parte elija la guerra, el reino responderá con toda la fuerza y determinación, y se defenderá a sí mismo y sus intereses".
El Gobierno saudí responsabilizó a Irán de estar detrás de los ataques con drones del 14 de mayo contra sus dos estaciones de bombeo de petróleo, reivindicados por los hutíes, insurgentes chiitas a los que Arabia Saudita combate en Yemen. Dos días antes, en el estrecho de Ormuz, frente a las costas de Emiratos Árabes Unidos, atacaron dos buques petroleros saudíes, uno de bandera emiratí y otro de noruega.
Nadie asumió la responsabilidad por aquellos ataques. Irán negó su implicación en cualquiera de los actos, mientras que Emiratos Árabes Unidos no culpó a nadie por el sabotaje de los buques hasta que se complete la investigación.
Arabia Saudita convocó dos cumbres de emergencia en La Meca para el próximo 30 de mayo con los miembros del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo y la Liga Árabe, en las que se discutirán los recientes ataques y la "agresión iraní".