Más del 40 % de las compañías estadounidenses que operan en China están considerando la posibilidad de abandonar el país asiático ante la disputa comercial entre Washington y Pekín, según una reciente encuesta elaborada por dos grupos de presión estadounidenses en China.
"El impacto negativo de los aranceles es obvio y está perjudicando la competitividad de las compañías estadounidenses en China", reza el comunicado de las organizaciones.
Sin embargo, entre las empresas dispuestas a salir de China, menos del 6 % de las encuestadas volverían a instalarse en EE.UU., y preferirían en cambio trasladarse a terceros países. Las regiones que más atraen a estos negocios son el sudeste de Asia (24,7 %) y México (10,5 %).
La encuesta, realizada por la Cámara Estadounidense de Comercio en Shanghái y la Cámara Estadounidense de Comercio en China, involucró a 250 compañías, el 61,6 % de las cuales se dedican a la manufacturación, el 25,5 % operan en el sector de servicios, el 3,8 % en el de ventas minoristas y distribución y el restante 9,6 % en otros sectores.
En el estudio, llevado a cabo entre el 16 y el 20 de mayo, el 74,9 % de los encuestados reportaron que sus empresas habían notado los efectos negativos del aumento recíproco de aranceles sobre las importaciones entre las dos mayores economías del mundo. El documento también indica que el aumento de tasas ha reducido la demanda, ha impulsado los costes de producción y ha encarecido los precios de venta.
En su última vuelta de negociaciones, China y EE.UU. no lograron alcanzar un consenso, y Washington dio un paso más hacia una escalada de tensiones comerciales. Este 10 de mayo EE.UU. elevódel 10 % al 25 % los aranceles para una serie de mercancías chinas importadas por un valor de 200.000 millones de dólares al año. El presidente Donald Trump ordenó también prepararse para el aumento hasta el 25 % de los aranceles, por valor de 325.000 millones de dólares, a otros productos chinos que hasta ahora no estaban sujetos a impuestos, como calzado, juguetes y electrónica de consumo masivo.
Pekín respondió con un incremento de los impuestos a importaciones estadounidenses por valor de 60.000 millones de dólares al año, que empezará a aplicarse el 1 de junio.
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