El gigante británico del diseño de chips suspende sus negocios con Huawei

La ruptura de las relaciones con ARM podría obligar a la empresa china de telecomunicaciones a adoptar medidas drásticas para mantenerse a flote, como pedir ayuda a Samsung.

La empresa británica de semiconductores ARM ha detenido su colaboración comercial con Huawei Technologies, en conformidad con las nuevas regulaciones estadounidenses.

"ARM cumple con las últimas restricciones establecidas por el Gobierno de EE.UU. y sostiene conversaciones con las correspondientes agencias gubernamentales de EE.UU. para garantizar que sigamos cumpliendo", indicó un portavoz de la compañía en un comunicado citado por Reuters.

Medios británicos habían reportado que ARM, a través de un memorando, instruyó a sus empleados a suspender "todos los contratos activos, derechos de soporte y cualquier compromiso pendiente" con Huawei y sus subsidiarias.

El texto especifica que los diseños de ARM contienen tecnología de origen estadounidense, por lo que la venta de sus productos y servicios se ve afectada por la decisión de Washington de prohibir el comercio de tales rubros con Huawei y otras 70 empresas afiliadas.

La compañía británica de semiconductores habría además prohibido a su personal brindar soporte, realizar actualizaciones de 'software' o incluso discutir temas técnicos con Huawei, de acuerdo con el documento.

ARM no se ha pronuciado respecto a este memorando, pero según el vocero "valora su relación" con HiSilicon —subsidiaria de Huawei encargada de fabricar chips— y tiene la "esperanza de una resolución rápida de este asunto".

Futuro sombrío

ARM no fabrica procesadores, sino que diseña el funcionamiento de los chips para luego vender su licencia a los fabricantes. Su competencia es la estadounidense Intel, con su arquitectura x86, pero la compañía británica se diferencia por ser prácticamente la única en el mundo capaz de posibilitar el desarrollo de procesadores para dispositivos móviles.

Aunque empresas tecnológicas estadounidenses como Intel, Qualcomm y Google han cerrado la puerta a Huawei, el gigante chino de las telecomunicaciones ha asegurado hasta el momento a sus clientes que tiene y usará la capacidad para producir los chips norteamericanos e, incluso, lanzar un sistema operativo propio para sus dispositivos.

Con el caso de ARM, no obstante, el panorama puede cambiar drásticamente, pues los procesadores fabricados por Huawei —conocidos como Kirin— están basados en ARM y la empresa china paga una licencia por esa arquitectura, como lo hacen todos los demás fabricantes de 'smartphones'.

Medidas drásticas

Pese a que existe una alternativa de código abierto llamada RISC-V, aún no hay procesadores que la implementen, y diversos analistas estiman que emprender esta tarea desde cero llevaría demasiado tiempo para una compañía en la situación actual de Huawei, que, además de necesitar la arquitectura de ARM para sus móviles, también la requiere para sus nuevos equipos de redes 5G.

Sin embargo, el gigante chino podría permanecer en el mercado móvil si toma la medida drástica de acudir a Samsung, una de las empresas con las que compite por volumen de ventas de 'smartphones' en todo el mundo. Según señala Xataka, la compañía surcoreana podría acceder a vender a Huawei sus procesadores, que cumplen con los más altos estándares de calidad y por el momento se encuentran libres de restricciones estadounidenses.

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