La inseguridad a la que se enfrentan las mujeres en México ha llegado a las escuelas y universidades de la Ciudad de México.
Estar en el salón en clase cuando de pronto se produce una detonación. Eso fue lo que le ocurrió a Aideé Mendoza, una estudiante, de 18 años, del Colegio de Humanidades o CCH Oriente de la Ciudad de México. Hasta el día de hoy, las autoridades no saben quién ni desde dónde se disparó la bala que mató a esta joven, que soñaba con estudiar criminalística. Su asesinato se investiga como feminicidio.
El CCH es uno de los muchos planteles que pertenecen a la UNAM, la Universidad Nacional Autónoma de México, y su campus principal no se ha salvado de la violencia. El 3 de mayo de 2017, en una cabina telefónica en el campus encontraron el cuerpo sin vida de Lesvy Berlín Rivera. Al estar atada del cable telefónico, la Procuraduría local afirmó que se había suicidado y un año después cambió su hipótesis a homicidio. El presunto culpable fue el novio de la joven, quien podría enfrentar entre 40 y 60 años de cárcel. Dos años después, y con el actual gobierno, se ofreció ya una disculpa pública a la familia de Lesvy por fallas en la investigación.
275.000 dólares por el rescate
El 20 de agosto de 2018, fue la última vez que Miranda Mendoza, también estudiante del CCH Oriente, salió por la puerta de este plantel educativo. Minutos después, fue secuestrada. Sus padres recibieron una llamada en la que les exigían más de 275.000 dólares por su rescate y, al no contar con esta cantidad, Miranda fue asesinada. Su cuerpo fue localizado totalmente calcinado un día después, en una carretera en el municipio de Cocotitlán, en el estado de México.
Otro caso fueron los asesinatos de la profesora de la UNAM, Graciela Cifuentes, y su hija Sol, quien estudiaba Arquitectura en la misma institución. El 15 de marzo de 2018 los cuerpos de ambas fueron encontrados calcinados en su casa. El novio de Sol fue señalado como presunto responsable, y de ser hallado culpable, podría ser sentenciado a 120 años de prisión.
Con unos 350.000 alumnos inscritos, la UNAM es la Universidad más grande de México, también es una de las más importantes de América Latina, donde la violencia y los feminicidios siguen ocurriendo en sus aulas, pasillos, patios y edificios y las estudiantes no tienen garantías de regresar ilesos a casa.
El Gobierno de la Ciudad de México presentó a inicios de mayo el Plan Sendero Seguro para contrarrestar la inseguridad en la UNAM y otra institución universitaria. El programa consiste en tener más policías presentes, mejorar el alumbrado público o habilitar transporte para estudiantes, entre otras cosas. Tendrá un presupuesto cercano a los 2,6 millones de dólares y se llevará a cabo en 53 planteles. Sin embargo, numerosos estudiantes afirman que no es suficiente y que aún se sienten inseguros al transitar por los campus.