Un grupo de investigadores internacionales liderado por Felipe Gómez, del Centro de Astrobiología de España, ha descubierto en un volcán de Etiopía ―uno de los lugares más inhóspitos y cálidos de la Tierra― una cepa de bacterias llamadas Nanohaloarchaeles, que viven en condiciones extremas parecidas a las del Marte temprano.
De acuerdo con el comunicado, estos microbios fueron hallados en muestras recogidas en enero de 2017 en el duro ambiente de las fuentes termales del volcán Dallol. Se destaca que viven soportando una temperatura de 89 grados Celsius y una acidez de 0,25 pH.
"Es un ambiente exótico y poliextremo, donde para sobrevivir los organismos tienen que amar las altas temperaturas, el alto contenido de sal y un pH muy bajo", señaló el doctor Felipe Gómez.
La publicación destaca que la precipitación por agua sobrecalentada saturada con varios tipos de sal crea el paisaje multicolor del Dallol, en el que pueden apreciarse tonalidades rojas, amarillas, verdes y azules. En su viaje realizado en 2017, el equipo de investigadores recogió muestras de las capas delgadas de depósitos de sal ubicados en la pared de una chimenea geotérmica amarilla y en un pozo de agua azul.
Las muestras posteriormente fueron transportadas en frascos estériles y sellados hasta instalaciones científicas en España, donde las sometieron a una serie de pruebas como la microscopía electrónica, el análisis químico y la secuenciación del ADN. Como resultado, los especialistas lograron identificar en las muestras unas estructuras esféricas diminutas de origen biológico.
Según los científicos, estos organismos son de entre 50 y 500 nanómetros de diámetro, lo que es hasta 20 veces más pequeños que una bacteria promedio. Algunos están rodeados de cristales en forma de aguja.
Lo importante del descubrimiento es que la geoquímica inusual del volcán Dallol tiene similitudes con los ambientes hidrotermales encontrados en Marte, incluyendo el cráter marciano Gusev. "La investigación profunda de las características de este asombroso sitio mejorará nuestra comprensión de los límites de la vida en la Tierra, y orientará nuestra búsqueda de vida en Marte y en otras partes del Universo", afirmó la investigadora Barbara Cavalazzi.