Los científicos no logran explicarse el aumento acelerado de metano de origen no antropogénico en la atmósfera terrestre, cuyos niveles han alcanzado cotas alarmantes en los últimos años, informa el portal científico Undark.
El incremento sostenido en los niveles de este gas de efecto invernadero vinculado a la actividad humana desde la Revolución Industrial era un hecho conocido para la ciencia.
Sin embargo, tras estabilizarse a comienzos del nuevo milenio, en 2007 comenzó a incrementarse a gran velocidad, adquiriendo el proceso en 2014 un ritmo incluso más acelerado, subraya un reciente estudio publicado en la revista Global Biogeochemical Cycles.
Los expertos en cambio climático advierten que no será fácil identificar la causa de ese brusco incremento, si bien lo consideran necesario para combatir el calentamiento global.
"Necesitamos hacer una representación del proceso para comprender estos mecanismos", de tal forma que, "podamos decir, por ejemplo, que con determinados cambios de temperatura y del ciclo hidrológico, esperamos que las emisiones de metano se incrementen por X cantidad", señala Eric Kort, investigador de la Universidad de Míchigan (EE.UU.).
Los autores del nuevo estudio sospechan que los intensos picos en las emisiones podrían ser causadas por fuentes microbianas como los humedales. Estos ecosistemas húmedos se encuentran entre los principales generadores de metano en la naturaleza y son difícilmente predecibles, de modo que su nivel de producción de este gas puede variar cada año.
Los expertos indican que las emisiones de los microbios en esas zonas húmedas se generan en función de las condiciones climáticas. Así, cuando se registra un aumento de las precipitaciones o se registran temperaturas inusualmente altas, los microorganismos de los humedales responden produciendo más metano.
Si se comprobara esta hipótesis, la única manera de lograr que desciendan los niveles del gas en la atmósfera sería moderando las emisiones antropogénicas que, a diferencia de las anteriores, sí son un factor que podemos controlar, indican los científicos. De esta forma, a largo plazo se podría reducir el círculo vicioso de los gases de efecto invernadero que retienen el calor dando lugar a un mayor nivel de emisiones.