El rey de Arabia Saudita, Salmán bin Abdelaziz al Saúd, convocó este jueves dos cumbres de emergencia en La Meca con los miembros del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo y de la Liga Árabe para abordar cuestiones relativas a la estabilidad regional y a los recientes ataques con drones contra instalaciones petroleras saudíes reivindicados por los hutíes, insurgentes chiitas que Riad combate en Yemen.
- El Gobierno saudí responsabilizó a Irán de estar detrás de los ataques del pasado 14 de mayo contra dos de sus estaciones de bombeo de petróleo.
- Dos días antes, en el estrecho de Ormuz, frente a las costas de Emiratos Árabes Unidos, fueron atacados cuatro buques petroleros, dos de ellos saudíes y uno emiratí. Teherán negó su implicación en estos hechos.
El rey Salmán expresó su preocupación por la seguridad en el golfo Pérsico en ambas cumbres. "La ausencia de una firme postura disuasoria contra el comportamiento de Irán es lo que condujo a la escalada que vemos hoy", declaró.
En el comunicado final de la cumbre de los Estados del Golfo, los representantes de Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Omán, Catar y Kuwait instaron a Irán a abstenerse de violar las normas del derecho internacional, de financiar y armar a los terroristas, así como de fomentar conflictos sectarios, poner en riesgo la navegación marítima y los suministros de petróleo o entrometerse en los asuntos internos de los países vecinos "desestabilizando la seguridad".
Los Estados del Golfo también pidieron a la comunidad internacional que tome medidas firmes contra el Gobierno iraní y que dé "pasos más eficaces y serios para impedir que Irán adquiriera capacidad nuclear", abogando para ello por el endurecimiento de las restricciones contra el programa de misiles balísticos iraní. Al mismo tiempo, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos recalcaron que quieren evitar una guerra con Teherán.
En la cumbre de la Liga Árabe, que contó con la participación de Túnez, Egipto, Jordania, Irak, Kuwait, Palestina, Mauritania, Sudán, Yibuti, el Líbano y Comoras, también se abordó la causa palestina, pronunciándose los países a favor del restablecimiento del Estado de Palestina con las fronteras vigentes de 1967, con Jerusalén Este como capital.
El intento de Riad de elaborar una postura común sobre Irán entre los líderes del mundo árabe chocó con tensiones y desacuerdos en ambas cumbres. De hecho, el presidente de Irak, Barham Salih, rechazó la postura adoptada respecto a Irán y no firmó la declaración final conjunta, expresando la esperanza de que se logre evitar una guerra. "Sinceramente, la seguridad y estabilidad de un país vecino islámico es de interés para los Estados musulmanes y árabes", declaró.
En medio del actual enfriamiento diplomático con Arabia Saudita, Marruecos no envió a su rey, mientras Catar envió a su primer ministro en vez de al emir gobernante. Las tensiones diplomáticas de Catar con los vecinos han empujado al país a un acercamiento con Irán. Omán, por su parte, mantiene relaciones tanto con Riad como con Teherán y actúa como mediador de las negociaciones.
No obstante, todos los presentes condenaron lo que Riad calificó como sabotaje de los buques petroleros frente a las costas de Emiratos Árabes Unidos, así como el ataque con drones.
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