Periodista de EE.UU. muestra la serie 'Chernobyl 'a su padrastro y descubre que ayudó a 'liquidar' la tragedia

La serie de HBO, que narra el peor accidente nuclear de la historia, resucitó los recuerdos olvidados de un exmilitar que participó en los trabajos para mitigar las consecuencias de la explosión.

Slava Malamud es un periodista y profesor de matemáticas, que vive en la ciudad estadounidense de Baltimore. Nació en la antigua Unión Soviética, en la república de Moldavia, y a los 17 años emigró, junto con su familia, a EE.UU.

El hombre se convirtió en un 'fan' de la nueva serie del canal HBO 'Chernobyl', que narra la explosión del cuarto reactor de la central nuclear de Chernóbil, en la Ucrania soviética, en 1986, una de las peores catástrofes provocadas por el hombre.

Malamud recopila en su cuenta de Twitter cada episodio de 'Chernobyl', que ya se ha convertido en la serie con el rating más alto del portal IMDB, y sus hilos ya acumulan decenas de miles de 'me gusta', hasta el punto de que el propio creador de la serie Craig Mazin los retuitea.

"Decidí compartir mis pensamientos, no como experto, sino como una persona que vivió aquella era y que lo vio todo con sus propios ojos. Tengo recuerdos muy vívidos", explica Malamud al portal ruso Meduza.

El periodista destaca, sobre todo, la increíble exactitud con la que ha sido recreada la vida en la Unión Soviética de aquel entonces, incluidos detalles tan nimios como las placas de los automóviles.

"Esto se aplica no solo al interior, a la ropa, etc., está claro que las personas han trabajado muy seriamente en todo esto. Es asombroso lo auténticos que se ven los personajes en términos de mentalidad de la persona soviética", señala Malamud. "Que yo sepa, la persona que escribió esto es un estadounidense, no tiene nada que ver con Rusia. Por lo tanto, es sorprendente lo creíbles que son los personajes y su comportamiento", añade.

"Estuve allí, no quiero volver a verlo"

En determinado momento, Malamud decidió mostrarle la serie a su padrastro, Vladimir Weizman, teniente coronel retirado que vive en el estado de Nueva York. El periodista explica que quería escuchar la opinión de un verdadero exmilitar soviético sobre la obra.

"Y, de repente, mi padrastro me dice: 'Estuve allí, no quiero volver a verlo'. Me quedé aturdido, porque él no era tan reservado, me hablaba de su servicio en el Distrito Militar del Extremo Oriente, pero no me dijo nada al respecto [de la catástrofe]", afirma Malamud.

Así descubrió que su padrastro era uno de los llamados 'liquidadores' del desastre, como se denominó entonces en la URSS a las personas​ que trabajaron para mitigar las consecuencias de la explosión.

El responsable de la evacuación

Resultó que en mayo de 1986, dos o tres semanas después de la explosión, Weizman recibió una llamada.

"Al principio ni siquiera lo creyó, pensó que se trataba de algún error. Ellos le dijeron: reúne todas las tropas químicas y avanza a la región de Kiev. Y así llevó a Prípiat [la ciudad más cercana a la central nuclear] un destacamento de liquidadores de Moldavia. Y como era uno de los comandantes superiores […] fue nombrado comandante de distrito adjunto", detalla Malamud.

Según el periodista, su padrastro fue el responsable de la evacuación de las aldeas en los alrededores de Prípiat. Fue nombrado responsable de la evacuación: monitoreaba los autobuses que salían de la zona y detenía a los saqueadores que se aprovechaban de la tragedia.

Tuvo suerte

Malamud subraya que su padrastro se quedó allí dos o tres semanas y luego lo enviaron de regreso a Moldavia, porque para para entonces estaban programados unos ejercicios conjuntos de la URSS con el Ejército Popular Búlgaro, que no fueron cancelados "para no dar lugar a conversaciones innecesarias".

"El resto de las tropas químicas se quedó para eliminar las consecuencias del accidente, y él, como comandante en jefe, fue enviado de regreso a los ejercicios en Tiraspol", indica el periodista, que recuerda el alto nivel de radiación recibida por los 'liquidadores' en Chernóbil.