EE.UU. no va a ignorar el comportamiento de China, que debe poner fin a una conducta que "mina la soberanía de otras naciones" en la región del mar de la China Meridional y Taiwán, ni va a "andar de puntillas" alrededor del gigante asiático mientras la estabilidad de Asia está amenazada, ha destacado este sábado el secretario interino de Defensa de EE.UU., Patrick Shanahan, informa Reuters.
"Tal vez la mayor amenaza a largo plazo para los intereses vitales de los estados en esta región provenga de actores que buscan socavar, en lugar de mantener, el orden internacional basado en las reglas", afirmó el secretario interino de Defensa durante la conferencia internacional Diálogo de Shangri-La en Singapur.
Con estas declaraciones, Shanahan censuró a China por militarizar islas artificiales en el mar de la China Meridional. Asimismo, subrayó que las acciones del gigante asiático afectan a la soberanía de otros Estados. "El comportamiento que mina la soberanía de otras naciones y siembra desconfianza respecto a las intenciones de China debe terminar", destacó el alto funcionario.
"Hasta que lo haga, hacemos frente a una visión del futuro miope, limitada y restringida, y defendemos el orden libre y abierto que ha beneficiado a todos, incluso China", añadió Shanahan.
Por su parte, China denunció que las acciones militares que EE.UU. realiza en el mar de la China Meridional y Taiwán no contribuyen a mantener la estabilidad en la región, según destacó el alto responsable del Ejército chino, Shao Yuanming, en respuesta a las declaraciones del secretario interino de Defensa de EE.UU. "Esto está dañando la paz y la estabilidad regional", comentó.
Además, reiteró que China considera las islas del mar de la China Meridional y Taiwán como partes de su territorio y recalcó que su país defenderá su soberanía a toda costa si alguien tratara de separar Taiwán de su territorio.
- El mar de la China Meridional se ha convertido en un foco de disputas territoriales que involucra a China, Vietnam, Filipinas, Indonesia, Malasia y Brunéi. Pekín ha estado construyendo islas artificiales y desplegando infraestructura militar en los archipiélagos de Spratly y Paracelso para consolidar su dominio sobre ellas, pese a las protestas encabezadas por sus vecinos y por EE.UU., que temen la creciente influencia del gigante asiático en la región.
El pasado mes de mayo destructores estadounidenses navegaron dos veces por la zona en cuestión, algo que Pekín calificó de "actos provocativos". China insiste en que los buques de guerra de otros países pidan permiso y notifiquen de antemano a las autoridades chinas el tránsito por sus aguas territoriales.