Un grupo de investigadores internacionales ha determinado la antigüedad de unas huellas prehistóricas de pies encontradas en una capa de ceniza anterior a la erupción del volcán Cakallar, ubicado en la ciudad de Kula, al oeste de Turquía.
Según reporta un comunicado de la Universidad de Curtin en Australia, cuyos especialistas participaron en el estudio, junto con las llamadas 'huellas de pies de Kula', descubiertas en la década de 1960, fue hallada una pintura rupestre que ilustraba la erupción.
Los estudios anteriores estimaban que las huellas tenían unos 250.000 años, lo que sugería que los testigos del fenómeno natural fueron los neandertales de la época del Pleistoceno. Sin embargo, el nuevo análisis, que utilizó dos métodos diferentes ―helio radiogénico y la exposición al cloro cosmogénico―, mostró que las marcas son mucho más jóvenes.
"Los dos enfoques de datación independientes mostraron resultados internamente consistentes y sugieren en conjunto que la erupción volcánica fue presenciada por el Homo sapiens durante la Edad de Bronce prehistórica, hace 4.700 años, y unos 245.000 años más tarde de lo que se informó originalmente", afirmó el investigador Martin Danisik.
El estudio sugiere que los humanos se acercaron lentamente con sus perros al volcán tras la primera erupción, dejando sus huellas en la capa de ceniza húmeda. Cuando la actividad volcánica continuó, la roca volcánica enterró las cenizas y conservó las huellas.
Asimismo, los autores creen que los humanos observaron la erupción desde una distancia segura, lo que hace que los Homo sapiens muy probablemente sean los autores de la pintura rupestre cercana. De acuerdo con Danisik, la pintura "muestra cómo los humanos de hace 4.700 años eran capaces de retratar procesos naturales como una erupción volcánica, en su propia forma artística y con herramientas y materiales limitados".