Un Tesla Model S se quemó completamente el sábado por la noche mientras estaba conectado a una estación de carga en Amberes, Bélgica, informan medios locales. Afortunadamente, no hubo que lamentar víctimas.
El conductor del auto lo estacionó en un Supercharger, una estación de carga rápida de Tesla, y cuando volvió, el vehículo estaba en llamas.
Los bomberos apagaron el fuego sumergiendo el auto en un contenedor con agua. El vehículo permaneció allí durante toda la noche para evitar que el fuego volviera a aparecer.
"Se tarda mucho tiempo en enfriar la batería de un auto eléctrico", explicó la bombera Jasmine O, señalando que la experiencia del cuerpo de bomberos de Amberes, entre otros, muestra que sumergir el auto en agua es el método más eficaz para apagarlo.
No es el primer caso de un vehículo de Tesla que protagoniza un episodio de semejantes características. A finales de abril uno auto de la compañía explotó en un estacionamiento en China. El Tesla empezó a lanzar humo, y segundos después explotó y se incendió, causando daños a otro vehículo aparcado al lado.