La senadora mexicana Citlalli Hernández, quien recibió un paquete que detonó el pasado 29 de mayo, habló por primera vez tras los hechos ocurridos en las instalaciones de su oficina en el Senado. En conferencia de prensa pidió, en primer lugar, no hablar de un libro bomba, pues consideró que no era tal, sino un "artefacto con contenidos explosivos".
Hernández relató que el paquete llevaba dos días en su oficina antes de que intentara abrirlo, cosa que no hace con frecuencia: "No abro la correspondencia, fue una casualidad que tuviera tiempo libre para hacerlo", dijo la legisladora, quien no ha regresado a su oficina en la cámara alta desde los acontecimientos.
La senadora de Morena, partido oficial, precisó que el libro venía acompañado de un mensaje que reconocía su trabajo: "El paquete venía con un mensaje amable, reconociendo mi trabajo, no tengo sospechas de nadie. Afortunadamente, generó un primer estallido, derramó una sustancia, logré aventarlo y es cuando se da un estallido y levanta una especie de flama", describió la legisladora de 29 años.
Hernández hizo un llamado a los medios de comunicación y a la ciudadanía a no hacer especulaciones, tras dejar en claro que no se trató de un autoatentado, como algunas versiones han señalado: "Dejemos que la Fiscalía (General de la República) y las autoridades correspondientes realicen las investigaciones pertinentes".
Finalmente, la legisladora consideró que el atentado no fue solo para ella, sino contra "uno de los poderes del Estado". En la conferencia de prensa, el presidente de la mesa directiva del Senado, Martí Batres, anunció que la cámara solicitará medidas de protección para la senadora ante la Secretaría de Gobernación, la Fiscalía General de la República y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.