La relación entre EE.UU. y México ha atravesado por momentos de mucha tensión en la última semana, a raíz del anuncio del presidente Donald Trump de imponer aranceles al vecino del sur si no "detenía" el flujo migratorio.
Trump ha forzado una combinación peligrosa: la agenda comercial con la migratoria y, al hacerlo, ha movilizado a múltiples actores en ambos países, incluyendo legisladores republicanos que se oponen a las medidas anunciadas por la Casa Blanca.
Aranceles
El jueves pasado, Trump anunció que impondría aranceles del 5 % a todos los productos mexicanos si el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador no detenía el flujo de migrantes a EE.UU.
Si hasta el 1 de julio la Casa Blanca no está satisfecha con los resultados, los aranceles crecerán hasta un 10 % y luego habrá un aumento de las tarifas de 5 % cada mes, hasta llegar a 25 % en octubre.
"México aún no ha tomado medidas para reducir o eliminar dramáticamente la cantidad de extranjeros ilegales que cruzan su territorio hacia los Estados Unidos", acusó la Casa Blanca en un comunicado.
Reacción de México
El Gobierno de López Obrador reaccionó a la medida alertando sobre las consecuencias económicas que tendría para los dos países, ya que México es el principal socio comercial de EE.UU., superando a China, Canadá, Alemania y Japón.
Además, la cancillería mexicana advirtió que los efectos negativos llegarían a todos los estados de la Unión Americana, impactando en las cadenas de valor binacionales, en los consumidores y en los puestos de trabajo que se generan a partir del comercio con México.
Según cifras del Gobierno mexicano, tan solo en materia agrícola, los daños de las medidas arancelarias entre las dos economías alcanzarían los 117 millones de dólares mensuales o 3,9 millones de dólares diarios.
A partir del anuncio, el canciller de México, Marcelo Ebrard, viajó a Washington con una importante comitiva de funcionarios para concretar una reunión con sus homólogos estadounidenses, mientras que López Obrador recordó a Trump que "los problemas sociales no se resuelven con impuestos o medidas coercitivas".
El miércoles 5 y el jueves 6 de mayo se concretaron las primeras dos reuniones entre altos funcionarios de las dos Administraciones, sin los resultados esperados para las autoridades mexicanas.
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, aseguró que la posición de Washington en las negociaciones con el vecino del sur "no ha cambiado", pese a que el Gobierno mexicano ha dado algunas muestras de un posible cambio en su política migratoria como exigía la Administración de Trump.
Migración
Con el objetivo de atender las causas de la migración en Centroamérica, el Gobierno de López Obrador busca convencer a EE.UU., principal país objetivo de las personas migrantes, para invertir 10.000 millones de dólares en lo que ahora es denominado como un 'Plan Marshall' de Centroamérica.
El plan busca impulsar el desarrollo del Triángulo Norte de Centroamérica (El Salvador, Honduras y Guatemala) y en el sur de México.
Mientras que la Administración de López Obrador logró obtener el respaldo a su plan por parte de Alemania y España, la aprobación desde Washington parece lejana. No obstante, recientes acciones del Gobierno mexicano podrían dar señales de que está dispuesto a ceder a algunas peticiones de la Casa Blanca.
Este viernes, la secretaria de Gobernación de México, Olga Sánchez Cordero, informó que se reforzará la frontera sur del país tras la llegada de una nueva caravana con migrantes centroamericanos.
"Nosotros lo que queremos es que la gente entre ordenada, no irrumpa en nuestro país", dijo Sánchez Cordero, en momentos en que la delegación mexicana se encuentra en negociaciones con altos funcionarios del Gobierno de EE.UU.
Por su parte, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público informó que bloqueó las cuentas bancarias de 26 personas presuntamente responsables de tráfico de personas, vinculadas a la organización de las caravanas de migrantes centroamericanos desde octubre del 2018.
La información se dio a conocer un día después de que autoridades mexicanas detuvieran a Irineo Mujica y Cristobal Sánchez, activistas y defensores de los derechos humanos, quienes han apoyado a las caravanas migrantes provenientes de Centroamérica, desde octubre de 2018.
Al finalizar el segundo día de reuniones en Washington, la Cancillería informó que el Gobierno desplegará a 6.000 elementos de la Guardia Nacional de México al sureste del país.
"Acto de unidad"
En medio de toda esta polémica, López Obrador, convocó a la población a un "acto de unidad", que se realizará este 8 de junio a las 17:00 horas (local) en la ciudad de Tijuana, en el estado de Baja California, donde se encuentra la frontera terrestre más transitada del mundo: la garita internacional de San Ysidro, limítrofe con la ciudad de San Diego.
"Todos tenemos que ayudar. Por eso la decisión de convocar a todos los ciudadanos de México para que unidos defendamos la dignidad nacional y nos pronunciemos en mantener inalterable la amistad con EE.UU.", enfatizó.
Mientras López Obrador maniobra el conflicto con unidad interna y negociación con Washington, Trump, al menos públicamente, atiza el conflicto. Hoy, en una entrevista, dejó claro que la amenaza de imposición de tributos a México es real: "Cuando eres la alcancía de la que todos roban y engañan, como han estado haciendo durante 25 años, los aranceles son una cosa hermosa".
José Beltrán
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