Frente a la incesante presión de la Administración de Donald Trump en materia migratoria, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador evitó la imposición de aranceles a cambio de fortalecer su frontera sur y disminuir el flujo de migrantes desde Centroamérica.
Sin embargo, el acuerdo firmado por los dos países el pasado viernes, generó una oleada de reacciones a favor y en contra por parte de expresidentes mexicanos, diputados, senadores y hasta rivales de López Obrador en la elección presidencial.
Así, las impresiones van desde "el mejor acuerdo posible" hasta el mote para México de nuevo "patio trasero" de EE.UU. ¿Qué se ha dicho?
Semanas de tensión
Todo comenzó con un tuit. El jueves 30 de mayo, Trump anunció que impondría aranceles del 5 % a todos los productos que ingresen desde México, mientras no se detuviera el flujo de migrantes.
Los aranceles crecerían de manera escalonada hasta hasta llegar al 25 % en octubre, si la Administración norteamericana consideraba insuficientes los resultados de México.
A raíz del anuncio de Trump, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, viajó a Washington con una comitiva de altos funcionarios para intentar convencer a sus homólogos estadounidenses de suspender los aranceles.
Después de tres días de intensas conversaciones, los Gobiernos de ambas naciones acordaron la suspensión de aranceles a cambio de que México reforzara la frontera sur con el envío de elementos de la Guardia Nacional, y que recibiera a solicitantes de asilo que cruzaron la frontera sur de EE.UU. bajo los Protocolos de Protección a Migrantes (MPP).
Reacciones
Pero la parcial victoria en materia económica, al no enfrentar tarifas a los productos, tuvo un costo alto en lo que respecta a soberanía y protección de migrantes, según algunos políticos mexicanos.
Para la diputada de Movimiento Ciudadano, Martha Tagle, el acuerdo con EE.UU. significa "hacerle el trabajo sucio a Trump y servirle de muro en sus afanes electorales", al autorizar el despliegue de la naciente Guardia Nacional para tareas migratorias.
"Toda persona tiene el derecho humano a migrar, entrar en la República y salir de ella voluntaria y dignamente", acusó este miércoles el diputado del partido oficialista Morena, Porfirio Muñoz Ledo.
Muñoz Ledo criticó que la Administración de Trump quiera convertir a México en un "país enjaulado", ante la amenaza de un posible acuerdo de tercer país seguro que perfila Washington, en caso de que no se detenga el flujo migratorio.
Con este acuerdo, México recibiría a las personas que buscan asilo en EE.UU., cuando éste se niegue a recibirlos, haciéndose cargo de su proceso legal y de proporcionar las condiciones mínimas de su estancia.
Por su parte, el presidente del Partido Acción Nacional (PAN), Marko Cortés, consideró que a México le salió "caro" el acuerdo con EE.UU.
"Es bueno que no se haya concretado la amenaza de aranceles a los productos mexicanos, qué mal y qué caro que a cambio de ello México haya aceptado hacer el trabajo sucio a EE.UU.", señaló.
Por su parte, la presidenta del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Claudia Ruiz Massieu, exigió al Gobierno de López Obrador abordar "los problemas migratorios desde una óptica de integralidad y de responsabilidad compartida".
En cambio, el antiguo rival de López Obrador durante la pasada elección presidencial, el candidato del PRI, José Antonio Meade, reconoció el "mérito" del Gobierno mexicano de detener la imposición de aranceles en "condiciones muy complejas".
"Aplicar aranceles hubiera generado un gran daño a nuestro país y a la economía de nuestra región", tuiteó Meade.
Uno de los hombres más cercanos a López Obrador, el senador Ricardo Monreal, de Morena, consideró como "un acierto" el acuerdo para evitar la suspensión de aranceles, pero hizo un llamado a la prudencia y al fortalecimiento de la economía interna. Para el legislador, México no puede aplazar la tarea de "reinstalar y reforzar la desmantelada industria nacional, además de diversificar sus mercados comerciales".
El expresidente Vicente Fox Quesada (2000-2006), quien ha sido señalado de estar detrás del proceso de desafuero político de López Obrador en 2005 cuando gobernaba la capital, calificó las acciones del Gobierno mexicano de "sumisión total".
"López, otrora el más feroz crítico de los EU ahora llama (sic) las suelas de los zapatos del Tío Sam", tuiteó.
En una llamada telefónica que sostuvo con Trump, López Obrador le dijo a su homólogo estadounidense que no le levantaría "un puño cerrado", sino "la mano abierta y franca".
"Le reiteramos nuestra disposición a la amistad, al diálogo y la colaboración por el bien de nuestros pueblos", escribió López Obrador en su cuenta de Twitter.
Acciones urgentes
Entretanto, el canciller Ebrard informó que en caso de que no reduzcan el flujo migratorio a EE.UU. en un plazo de 45 días, Washington insistirá en un acuerdo de tercer país seguro y México podría aceptarlo. Por ahora, el Gobierno de López Obrador anunció la creación de una comisión especial para desarrollar el plan para contener la migración de personas provenientes de Centroamérica en la frontera sur.
La comisión creada por el Gobierno de México tendrá la misión de implementar acciones en materia de seguridad, empleo, relaciones exteriores y política social.
El plan también incluye acelerar el despliegue de efectivos de la Guardia Nacional en la franja fronteriza del sur de México con Guatemala.
Dentro de este grupo de medidas, la Administración de López Obrador no se rinde en convencer a EE.UU., principal país objetivo de las personas migrantes, para invertir 10.000 millones de dólares en lo que ahora es denominado como un 'Plan Marshall' de Centroamérica.
José Beltrán
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