El Pentágono emite más gases de efecto invernadero que Suecia, Finlandia o Dinamarca, según un estudio
Tras un análisis de los datos del Departamento de Energía de EE.UU., la profesora de ciencias políticas de la Universidad de Boston y codirectora del proyecto Costs of War ('Los costes de la guerra'), Neta C. Crawford, determinó en su reciente estudio que el Departamento de Defensa estadounidense es el mayor consumidor institucional de petróleo en todo el mundo y, por consiguiente, el productor más grande de gases de efecto invernadero a nivel global.
En su trabajo, la investigadora recuerda que EE.UU. tiene el presupuesto de defensa más grande del mundo, que, con más de 700.000 millones de dólares para el año fiscal 2019 y la misma cantidad solicitada para el próximo año, supera a la suma de los presupuestos de Rusia y China. Contando con más de dos millones de militares, 11 portaviones nucleares y una potente aviación, Washington participa actualmente en "operaciones antiterroristas" en más de 80 países, y el uso de tanta fuerza militar requiere grandes cantidades de energía, indica el estudio.
Crawford estableció que el Pentágono sigue usando grandes cantidades de combustibles fósiles. Según sus estimaciones, entre 2001, cuando EE.UU. invadió Afganistán, y 2017, el Departamento de Defensa fue responsable de la emisión de un total de 1.212 millones de toneladas métricas de gases de efecto invernadero de CO2 equivalente.
Solo en 2017, las emisiones de estos gases generados por el Pentágono superaron a las de países como Suecia, Finlandia o Dinamarca. Ese año, según cálculos de la científica, el Departamento de Defensa de EE.UU. emitió 59 millones de toneladas métricas de gases de efecto invernadero de CO2 equivalente, considerablemente más que Suecia (50,8 millones de toneladas métricas), Finlandia (46,8 millones) y Dinamarca (33,5 millones).
"Las amenazas del terrorismo, la agresión rusa, iraní, china o coreana son todas reales, pero no es seguro que los terroristas y estos países ataquen a EE.UU. El control de armas y la diplomacia pueden rebajar las tensiones y reducir las amenazas", concluye la autora del estudio.