El Supremo Tribunal Federal (STF) decidió, por mayoría de votos (ocho a favor y tres en contra), que la homofobia sea considerada delito en Brasil con penas que pueden alcanzar los cinco años cárcel.
Con esta decisión, el gigante latinoamericano se convierte en el 43º país en criminalizar la homofobia. Hasta que el Congreso –de mayoría conservadora, con la presencia de una poderosa bancada evangélica– apruebe una ley sobre el tema, la homofobia será tratada igual que el delito por racismo.
Según el STF, practicar o incitar a la discriminación por la orientación sexual de una persona podrá ser considerado delito, con entre uno a tres años de cárcel, además de una multa. Asimismo, el STF considera que si se producen divulgaciones de actos homofóbicos en medios de comunicación o redes sociales, la pena será de entre dos a cinco años.
El magistrado Celso de Mello destacó que la decisión del STF "no interfiere ni compromete la libertad religiosa", mientras que no se promueva el discurso de odio.
"Todo prejuicio es violencia"
"En una sociedad discriminatoria como la que vivimos, la mujer es diferente, el negro es diferente, el homosexual es diferente, el transexual es diferente, a diferencia de quien trazó el modelo, porque tenía el poder para ser el espejo y no el retratado. (...) Todo prejuicio es violencia, toda discriminación es causa de sufrimiento ", declaró la magistrada Cármen Lúcia.
Por su parte, el magistrado Marco Aurelio subrayó que es preciso reconocer que Brasil vive "un grave cuadro" de discriminación contra homosexuales, y especificó que se trata de un escenario "incompatible" con la tradición tolerante del pueblo brasileño en lo que respecta a la diversidad cultural y religiosa.
Alegría entre los colectivos LGBT
"El fallo lo recibimos con mucha alegría. Esa decisión ha sido el resultado de un proceso de muchos años de lucha y de muchos meses de discusión dentro de la Corte Suprema", afirmó a RT Leandro Ramos, director de programas de All Out, organización internacional que lucha por los derechos LGTB.
Ramos explicó que más allá de la consecuencia práctica de la decisión, le parece muy importante que en el momento actual que vive Brasil, "se mande un mensaje desde la Corte Suprema a todo el país de que la discriminación a la población LGBT es tan grave y se debe combatir tanto como la discriminación a otros grupos".
Ahora, el colectivo tiene como objetivo trabajar y presionar al Congreso para que se cumpla la decisión de la Corte y realizar campañas para "generar conciencia".
A pesar de que en Brasil está permitido el matrimonio homosexual y cambiar de nombre o sexo en el registro civil, el gigante latinoamericano es considerado el "campeón mundial de crímenes contra las minorías sexuales". Los datos lo confirman. Tan solo en 2018, se registraron 420 asesinatos de homosexuales, según un informe publicado por el Grupo Gay de Bahía, que añade que "cada 20 horas una persona muere de forma violenta víctima de 'LGBTfobia'".
Marta Miera
Si te ha gustado, ¡compártelo con tus amigos!