Este martes el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que busca facilitar que productos cárnicos y vegetales genéticamente modificados ingresen al mercado de comercialización de alimentos. El documento insta a las agencias federales a simplificar el "laberinto reglamentario" para los productores, informa AP.
La orden también contempla que las políticas del gobierno insten a los socios comerciales de EE.UU. a adoptar regulaciones similares, ya que aunque dentro del país se suavicen las regulaciones respectivas, las empresas estadounidenses podrían encontrarse con obstáculos en el extranjero, opina Greg Jaffe, director de biotecnología del Centro para la Ciencia en Interés Público.
¿Eliminar todas las regulaciones?
Jaffe considera, por otra parte, que no sería adecuado simplemente eliminar todas las regulaciones, ya que esto podría hacer que las personas desconfíen de los productos transgénicos. Asegura que debe existir una garantía de seguridad para este tipo de alimentos.
Según la regla propuesta para cultivos producidos con las nuevas tecnologías de edición de genes (que permiten alterar las características normales de plantas y animales), tampoco será necesario, de inicio, una supervisión especial, a menos que estos presenten riesgos de plagas.
Por su parte, Jaydee Hanson, del Centro para la Seguridad Alimentaria, piensa que la edición de genes podría usarse para producir cambios más drásticos, como aquellos que nunca ocurrirían en la naturaleza, y aseguró que la supervisión es necesaria.
La iniciativa presidencial se produce en momentos en que diversas compañías recurren a nuevas técnicas de ingeniería genética para hacer más simple la modificación de plantas y animales. Actualmente, las regulaciones para alimentos genéticamente modificados varían en EE.UU. dependiendo de los métodos usados para producirlos, y por ahora las agencias federales trabajan en esclarecer las políticas contempladas para esos procesos.