El secretario de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard, y la secretaria de Economía (SE) de México, Graciela Márquez, comparecieron esta tarde ante senadores y diputados que integran la Comisión Permanente del Congreso mexicano para detallar las negociaciones por el acuerdo migratorio con EE.UU., luego de superada la amenaza de imposición de aranceles a los productos mexicanos, hecha por Donald Trump.
Ebrard también hizo entrega del único documento que se signó entre las delegaciones de ambos países y destacó que las negociaciones fueron muy difíciles, pues se determinó que no se aceptaría nada que pusiera en entredicho la dignidad de México. "Llegamos con un ultimátum, pero salimos con un convenio", destacó.
Ante una serie de cuestionamientos de la oposición y los constantes señalamientos del presidente Trump de que existe un 'pacto secreto', Ebrard afirmó "con toda certidumbre y veracidad" que no existe ningún compromiso que no esté asentado en el informe que envió al Senado de la República.
Ebrard destacó que algunas de las medidas acordadas con EE.UU. ya estaban previstas por el Gobierno mexicano, como el despliegue de la Guardia Nacional en todo el territorio nacional, incluida la frontera sur; el fortalecimiento del Instituto Nacional de Migración (INM) y el inicio de la aplicación del Plan de Desarrollo Integral para Centroamérica.
Dijo que esas medidas, que México venía discutiendo con EE.UU., se presentaron "en una formamás acelerada".
Paralelamente a la comparecencia del canciller, se anunció la renuncia de Tonatiuh Guillén López, quien fungía como titular del INM, lo cual fue aprovechado por los legisladores de oposición para cuestionar a Ebrard sobre las medidas adoptadas en materia migratoria y por las cuales México deberá rendir cuentas a Trump en 38 días (de un plazo de 45 días que comenzó una semana atrás).
"Nosotrosqueremos triunfar, salir adelante. Si nosotros no tenemos éxito, van a querer (EE.UU.) entrar otra vez a la discusión del tercer país seguro", advirtió el titular de SRE, al tiempo que pidió el respaldo del Congreso.
"Les pediría su respaldo para que salgamos adelante", conminó Ebrard desde la tribuna, quien insistió en ese llamado al término de su comparecencia. El pedido al Legislativo se da luego que esta mañana el canciller reprochara la falta de apoyo internacional ante la crisis diplomática con EE.UU., algo que también lamentaron los senadores.
"Hubosilencio absoluto de la comunidad internacional, Naciones Unidas, la OEA, los países de la región, e incluso algunos organismos internacionales relacionados con los derechos de los migrantes. No hicieron pronunciamiento alguno, ni un solo llamado al diálogo, ni siquiera nos desearon buena suerte en las negociaciones. Ningún país mostró respaldo y solidaridad, y México, por primera vez, se quedó en esa negociación absolutamente solo", destacó Dulce María Sauri Riancho, diputada del Partido Revolucionario Institucional (centro-derecha).
El canciller insistió en que no hay ningún compromiso que obligue a México a tener un acuerdo de tercer país seguro, tras diversos cuestionamientos de los legisladores.
Detener una guerra comercial
La negociación que se hizo fue para evitar una guerra comercial con EE.UU., sostuvo el canciller: "Teníamos que frenar un acuerdo impuesto, que era inaceptable, o una guerra comercial de alto costo para nuestro país, que significaría una crisis económica para México, el costo sería como incrementar el IVA de 16 a 25 por ciento".
En su turno, la secretaria de Economía, Graciela Márquez Colín, señaló que aun con el acuerdo con EE.UU. y la relación estratégica comercial bilateral, México debe prepararse y diversificar sus mercados de exportación.
Márquez explicó ante los legisladores que al llegar a Washington, la delegación mexicana estaba convencida que la discusión no era sobre gravámenes, sino que la intención era discutir la política migratoria a cambio de la suspensión de la medida unilateral de EE.UU. de imponer aranceles.
Aclaró que el acuerdo no interfiere con el Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), al ser cuestionada por el grupo parlamentario del Partido del Trabajo (centro-izquierda).
No obstante, Damian Zepeda, senador del Partido Acción Nacional (derecha), acusó que se violó "flagrantemente" el tratado comercial vigente entre México, Estados Unidos y Canadá.
"Entonces ¿de qué sirve tener un tratado que diga que no se pueden imponer aranceles, si cuando quiera el presidente de EE.UU. lo va a poder tirar a la basura e imponerlos a la fuerza a nuestro país?, ¿de qué nos sirve ser miembros de la OEA y tener la Carta de Estados Americanos, si no se le va a hacer caso el artículo 19 y 20, que prohíbe tajantemente a un Estado extranjero decidir sobre temas internos de México?", planteó.
En un sentido similar se posicionó el Partido Revolucionario Institucional al lamentar que el "etéreo y ligero amenazar por Twitter" sea el tono que marca las relaciones entre México y EE.UU., y demandó que en adelante las negociaciones sean acompañadas por el Senado, órgano legislativo responsable de revisar la política exterior del país.
Por su parte, el partido oficial, Morena, respaldó la actuación del Gobierno federal durante la reciente crisis con EE.UU. y destacó que "ha sido apegada a derecho".
"Lo que se requiere en este momento del Senado de la República es coadyuvancia y corresponsabilidad en la implementación del Plan de Desarrollo para el Sur de México y Centroamérica", aseveró Salomón Jara Cruz, senador por ese partido.
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