En China una niña de dos años casi ha perdido la vista después de jugar a diario durante un año con un teléfono celular que le entregaron para que estuviera callada, informó esta semana el diario DailyMail.
Los padres empezaron a preocuparse tras ver que la menor fruncía el ceño y lanzaba con frecuencia miradas inusuales, por lo que la llevaron al oftalmólogo, que le diagnosticó miopía severa. Desde entonces empezó a usar lentes para -9 dioptrías, más del triple que en un caso de miopía leve.
Caso irreversible
La pérdida de visión de la niña sería irreversible e incluso podría incrementarse con los años, según la doctora Liu Li, que atendió el caso en el Centro de Servicios de Atención Infantil y Materna de Yangzhou (China). A una edad tan temprana no debería haber estado expuesta a pantallas electrónicas, subraya la doctora.
Recomendaciones de la OMS
Un nuevo conjunto de pautas publicadas en abril por la Organización Mundial de la Salud (OMS) estipula que los bebés menores de un año no deben estar expuestos bajo ningún motivo a pantallas electrónicas, y que niños de entre dos y cuatro años no deben pasar más de una hora al día ante los dispositivos.
Estudios oficiales chinos y distintas informaciones advierten del aumento de las tasas de miopía entre niños cada vez más pequeños. Según cifras de 2015 presentadas por el medio, cerca de 500 millones de chinos sufrían discapacidades visuales, mientras que, según estudios recientes, casi el 70 % de niños en China tiene teléfono móvil.