Las últimas fotografías tomadas por la sonda Cassini antes de desintegrarse en la atmósfera de Saturno en septiembre del 2017 muestran la estructura compleja de los anillos del planeta y revelan cómo estas formaciones son modeladas por las lunas que están incrustadas en ellas, según se desprende de un estudio de un equipo internacional de investigadores publicado el pasado viernes en la revista Science.
Al analizar los datos recolectados por el aparato —que muestran, además de las texturas y patrones visibles, los cambios en los colores, composición química y temperatura de los anillos— los astrónomos determinaron que los pequeños satélites de Saturno interactúan con sus partículas del mismo modo que los planetas nacientes lo hacen con el material protoplanetario.
Un buen ejemplo es Daphnis, una luna de 10 kilómetros de diámetro, que crea una brecha en el anillo más lejano de Saturno.
"Esos nuevos detalles de cómo las lunas están esculpiendo los anillos de distintas maneras proporcionan una ventana a la formación del Sistema Solar, donde también hay discos [protoplanetarios] que evolucionan bajo la influencia de masas incrustadas en ellos", cita un comunicado de la NASA al autor principal del estudio, Matt Tiscareno, del Instituto SETI (EE.UU.).
Al mismo tiempo, los investigadores observaron en los anillos extrañas perturbaciones en forma de hélice. Al poder ver con detalle el centro de estas formaciones, concluyeron que debían estar creadas por pequeñas agrupaciones de hielo de 1 o 2 kilómetros de diámetro (sin capacidad de abrir brechas como Daphnis) y que podrían tratarse de fenómenos pasajeros.
Los anillos —que probablemente nacieron a partir de la desintegración de un gran objeto espacial capturado por la gravitación de Saturno— también son objetos temporales y caerán sobre el planeta dentro de centenares de millones de años.
"Tal vez los anillos alrededor de los planetas van y vienen", comentó a ABC News la coautora del estudio, Linda Spilker, de la NASA.
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