El Vaticano abordará el debate sobre la posibilidad de que los hombres casados se conviertan en sacerdotes en áreas remotas de la Amazonia que se caracterizan por la escasez de religiosos.
Esta propuesta figura en un documento publicado para una reunión de obispos de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana Francesa, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela que tendrá lugar del 6 al 27 de octubre, informa la agencia AP.
Ese texto subraya que el celibato es un don para la Iglesia católica, pero abre la opción a "la ordenación sacerdotal para hombres maduros, preferiblemente indígenas, respetados y aceptados por sus comunidades, aunque tengan familias estables, en las zonas más remotas de la región".
La cuestión del celibato divide a las altas esferas católicas y se lleva implementado desde el siglo XI como medida para ahorrarle a la Iglesia los gastos que pudieran generar las familias numerosas y asegurar que los bienes del sacerdote pasaran a sus arcas y no herederos. Dado que el celibato es una disciplina y no una doctrina podría modificarse si así se decidiera.
Desde hace mucho tiempo los obispos de Brasil han presionado a la Iglesia para poner en marcha esta medida, argumentando que por aproximadamente cada 10.000 católicos hay solo un sacerdote. En esta oportunidad, además, han incluido en su propuesta temas como la posibilidad del ordenamiento de mujeres como diáconos y otras medidas para afrontar problemas de la comunidad indígena en la Amazonia tales como la deforestación, la explotación industrial y la competencia con las iglesias pentecostales, que cuentan con una presencia más notable entre las comunidades de la región.
La idea de la ordenación sacerdotal de hombres casados —también llamados 'viri porbati'— ha existido durante décadas no solo para combatir la escasez de sacerdotes, sino también la disminución en general de personas dispuesta a asumir esta vocación. Aunque su puesta en marcha ha sido rechazada anteriormente por el Vaticano, esta práctica ha llamado la atención del papa Francisco, quien podría implementarla de cara a los desafíos que enfrenta actualmente la Iglesia.