El jefe de Operaciones Especiales de los equipos de Mar, Aire y Tierra de la Armada de los Estados Unidos (Navy SEAL, en inglés) fue acusado de asesinar en el 2017 a un prisionero acusado de pertenecer al Estado Islámico (EI). Sin embargo, durante el juicio, que se celebró este jueves en la base naval de San Diego (California, EE.UU.), un testigo en el caso, también agente de los SEAL, admitió que no fue Edward Gallagher, sino él quien cometió el crimen, informa Fox News.
Los testimonios de Corey Scott, operador especial de guerra de primera clase y el médico en dicha fuerza especial de la Armada de EE.UU, indican que Gallagher, de 40 años, apuñaló al combatiente del EI y momentos después Scott lo estranguló al haber puesto un dedo encima del tubo de traqueotomía del herido hasta que se asfixiara. Al ser preguntado si Gallagher mató al preso, el testigo respondió de forma negativa.
Scott precisó que nunca antes habló sobre sus acciones y aceptó testificar porque está bajo inmunidad y no puede ser perseguido. Aclaró que mató a la víctima, que sería entregada a los militares iraquíes, para salvarla de las acciones de aquellos que —según afirmó— "torturan, violan y asesinan a los prisioneros". "Sabía que iba a morir de todos modos", señaló.
Acusado de crímenes de guerra tras 19 años del servicio
Edward Gallagher, de 40 años, está acusado de apuñalar a un prisionero del Estado Islámico, así como de varios crímenes de guerra, cometidos en Irak en el 2017, entre ellos disparar contra civiles. El propio militar, que fue detenido en septiembre del 2018, se declaró inocente de los hechos. Si se demuestra su culpabilidad, afrontará cadena perpetua, recoge Reuters.
Cabe destacar, que durante 19 años de servicio, Gallagher recibió varios galardones y participó en acciones del Ejército estadounidense no solo en Irak, sino también en Afganistán.
De acuerdo con la versión que tienen los investigadores, Gallagher apuñaló al combatiente detenido cuando este recibía tratamiento médico de los especialistas de los Navy SEAL, tras resultar herido durante una batalla en la ciudad iraquí de Mosul. Como consecuencia de las heridas recibidas, el combatiente, cuyo nombre y edad se desconocen, falleció. Tras cometer el asesinato, el militar estadounidense tomó fotos cerca del muerto.