Los habitantes de Ahlbach, una aldea ubicada cerca de Limburgo del Lahn (Hesse, Alemania), se despertaron alarmados la madrugada del pasado 24 de junio por un potente estallido que hizo temblar sus casas y dejó un cráter de 10 metros de diámetro y cuatro de profundidad en un campo de maíz.
La investigación posterior estableció que esa explosión la provocó "casi seguro" una bomba de la Segunda Guerra Mundial a pesar de que la Policía germana no encontró ningún resto porque, cuando uno de esos artefactos detona, "generalmente no queda nada", informa el diario Bild.
Un portavoz de las autoridades locales estimó posible que esa bomba, que solo generó daños materiales, explotara con décadas de retraso porque tenía un detonador de ácido.
Por su parte, un especialista en la materia atribuyó a la "suerte" el hecho de que "estallara en un campo", debido a que en esa contienda muchas bombas cayeron "en ciudades y aeropuertos".
Los residentes de la aldea lamentaron que quienes tienen que evitar las peligrosas huellas de esa contienda son los propietarios de la tierra, ya que el Estado alemán solo está obligado a desactivar los artefactos que se encuentren.
Durante la II Guerra Mundial, las fuerzas aéreas estadounidenses y británicas bombardearon intensamente esa zona con el fin de dañar la moral y destruir puntos clave del transporte y la industria de la Alemania nazi.